Asociación Nacional de Anunciantes de Colombia
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Bogotá, Colombia

¿CÓMO DESARMAR HISTORIAS A PARTIR DEL FODA?

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Cuando me preguntan en los aeropuertos si quiero ventana o pasillo, siempre digo: “Siénteme al lado de una persona interesante”. Generalmente esto ocurre, en parte, supongo, porque espero que la persona sea interesante, y también porque armamos unas conversaciones extraordinarias. En muchas de estas conversaciones descubro historias que retan paradigmas existentes. Hablamos de lo que funciona, de héroes, hazañas, hitos e historia, de ideas poderosas.

 

En un vuelo a Medellín que tomé recientemente, me sentaron al lado de Alejandro Delgado, una persona muy interesante. Como tesorero de Bogotá en la Alcaldía de Jaime Castro, Alejandro tuvo un gran reto: desafiar el paradigma de que todo funcionario es corrupto, negligente o incompetente. Durante los primeros días en la Tesorería recibió cinco llamadas de concejales en las que le preguntaban por el estatus de pagos pendientes a contratistas. Revisando el proceso de Pagaduría descubrió que se exigían entre diez y treinta documentos para autorizar un pago –desde la hoja de vida del contratista, hasta el contrato; desde los informes de la interventoría hasta el informe de operaciones– y el proceso se demoraba entre treinta y sesenta días una vez llegaba a Tesorería. Invirtió dos meses en diseñar un mejor sistema, lograr la aprobación del alcalde e implementarlo y consiguió que el nuevo sistema se demorara un día y se hiciera con una hoja.

 

R50P50G02Alejandro se encontró con tiempo libre ya que el proceso de Pagaduría era sencillo y se dedicó a obtener rendimientos para el dinero. Logró que este rubro se convirtiera, después del predial y la valorización, en el tercer mayor ingreso de la Alcaldía de Bogotá.

Conociendo este personaje y escuchando su historia, pensé en lo importante que es multiplicar este tipo de historias. Hablamos de la importancia de cambiar de mentalidad, de lograr cambios culturales y no somos conscientes de que lo podemos lograr desarmando y rearmando historias.

 

R50P52G01Colombia es un país que necesita desarmar historias de guerra, corrupción, violencia, ineptitud, indiferencia, desamor, desconfianza, victimización, desesperanza, desigualdad, exclusión y pobreza de espíritu y rearmar historias de innovación, empoderamiento, inclusión, respeto, amor, paz, esperanza, competitividad, oportunidad y liderazgo. Siendo conscientes que el ser humano está cableado para percibir lo malo, y que requiere un mayor esfuerzo ver lo bueno, es importante entrenarnos a mirar lo que todos miran y oír lo que todos oyen, pensando, escuchando, viendo y creando algo diferente. Toda América Latina tiene ese desafío…, el de contar historias que crean historia. ¿Quién puede liderar esta recomposición de historias? Pienso que las 8P´s –Políticos, Periodistas, Publicistas, Profesores, Padres, Predicadores, Pioneros y Policías. Los políticos son elegidos para lograr los cambios que se necesitan. Los policías vigilan y aseguran. Los publicistas generan top of mind. Los padres, profesores y predicadores educan y forman. Los pioneros se arriesgan y dan que hablar–.

 

Para cambiar la mentalidad de una nación, es también importante cambiar las preguntas que hacemos. Al cambiar las preguntas que hacemos, logramos respuestas diferentes, que conducen a un diálogo interno diferente y a una conciencia ampliada. Los desafíos para los líderes de nuestra sociedad en medio de un proceso de paz son complejos. Involucran indagar sobre cuándo hemos funcionado mejor..., indagar sobre los instantes en los que Colombia ha estado en paz.

 

El reto es en todas nuestras conversaciones. En lugar de preguntarle a nuestra gente, ¿cómo te fue hoy?, ...preguntarle, ¿qué fue lo mejor que te pasó hoy? Indagación apreciativa es una forma de lograr cambio cultural, dice Julio Martínez, experto latinoamericano en este tema. Las preguntas tienen un tinte positivo o negativo. Al hacer preguntas con un tinte negativo, generamos emociones negativas. Las emociones negativas obstaculizan el cambio –miedo, ansiedad, confusión, frustración, fatiga, resistencia–. Las positivas abren la mente, generan asombro y una mentalidad de abundancia.

 

Una mañana le pregunté a Carlos, mi taxista..., en estos veinte años que lleva de taxista, ¿qué es lo más bonito que le ha pasado? Me dijo que lo más bonito que le había pasado era mi pregunta.

 

Es importante tener un propósito claro al hacer preguntas, qué quiero crear en lugar de qué quiero evitar. La pregunta es el instrumento del cambio. Los sistemas humanos se mueven en la dirección de lo que estudian, las preguntas que hacen y en la dirección de lo que indagan y conversan.

 

¿EN QUÉ SE DEBE ENFOCAR UNA ORGANIZACIÓN QUE NECESITA CAMBIAR?

Las transformaciones organizacionales no exitosas ponen el énfasis en lo que no funciona. Las exitosas ponen el foco en lo que anda bien. En Colombia todavía muchas organizaciones hacen ANÁLISIS DOFA. El resto del continente trabaja el FODA.

 

Colombia de nuevo en el 2012 aparece como la nación más feliz del planeta. Es importante que con rigor y energía estudiemos aquí temas como la Escuela Positiva. Es vital que nuestros empresarios, publicistas, líderes políticos y formadores incorporen estas ideas en todo lo que hacen. La Escuela Positiva tiene tres orígenes: la Indagación Apreciativa, la Psicología Positiva de la Universidad de Pensilvania y la Organización Positiva de la Universidad de Michigan.

 

Una francesa que estudia en Bogotá y quiere hacer una práctica con Yo creo en Colombia, me escribió: “Me he dado cuenta desde hace ya siete meses que estoy aquí en Bogotá, y durante mis viajes en el país, que muy a menudo la gente tiene una gran falta de estima por Colombia, y a veces un miedo muy desproporcionado en cuanto a la realidad. Un ejemplo muy concreto que vivo cada día es respecto a la dueña de la casa en la cual resido, la cual pareciera no tener ninguna esperanza en Colombia ni en los colombianos, tanto que ella no quiere alquilar sus habitaciones a gente colombiana. Pero desde mi experiencia en este país lo que descubro es bien diferente de lo que se puede escuchar. He descubierto un país espectacular, gente amable y llena de vida a pesar de los muchos problemas que puedan existir”.

 

¿Cuántos extranjeros necesitarán decirnos esto hasta que nos lo creamos?

Desayuno en el Museo de la Paz –mi casa– con gente interesantísima. Fernando Támara es de familia sucreña y estudió en una universidad donde el primer día a todos los estudiantes les dan un machete y 20 hectáreas para “chapiar”. Durante nueve semanas limpian el terreno, luego echan azadón, pasan el tractor y siembran maíz. Cosechan el maíz doce semanas después y lo separan. El de mejor calidad se convierte en semilla. El de mediana calidad se muele para concentrado, y el de baja calidad se usa para compostaje. En el tercer año ordeñan las vacas que alimentaron con el concentrado que ellos mismos produjeron y el cuarto año manejan la planta de lácteos. Esta universidad es real, existe en América Latina, un continente que necesita gente que sepa hacer las cosas. Se llama la Escuela Agrícola Panamericana Zamorano y queda en Honduras. Existe hace setenta años y tiene 7.000 hectáreas. Asisten hijos de grandes terratenientes e industriales de 18 países y conviven con hijos de campesinos. Se levantan a las 5.00 a. m., tienen una disciplina férrea con uniforme y deméritos. Unos 300 colombianos han asistido a esta universidad que logra formar líderes con aptitud, competencia y rectitud… y con una actitud de tractomula, capaces de mover y de crear. El lema es aprender haciendo.

 

Hay cientos de políticos rectos, eficientes y efectivos. Si de verdad queremos lograr mejores líderes, dejemos esas generalizaciones, ese reduccionismo que destruye. Hagamos preguntas que construyan y contemos historias que inspiren.

 

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