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Bogotá, Colombia

Julio Nieto Bernal “Han dado la largada”

Después de las últimas horas de 2008, en una noche pletórica de nostalgia y esperanza, de bellos y tristes recuerdos, de abrazos llenos de deseos, despedidas y saludos, en la  confluencia de un año que llega y otro que se va, encontró  el final de su último libreto, el de su vida, mi amigo y maestro Julio Nieto Bernal. Por Alfonso Lizarazo, productor de televisión.

Su “tiempo extra para hablar sobre la gente que hace y la que no hace noticia” había terminado. Este último libreto, como tantos otros que desarrolló en sus excelentes  programas de radio, nadie lo podrá leer porque, como siempre, lo escribió en su prodigiosa memoria.


p40g1Yo vivía en Bucaramanga cuando me enteré de que este paisano se había convertido en una de las figuras más importantes de la radio en Colombia. En mi casa no había TV y en las de mis amigos, que sí había, sólo se veían rayas. Así que decidí seguir con devoción las actuaciones de Julio Nieto en la radio, incluyendo las  carreras de caballos, de las cuales él era el mejor narrador. “Han dado la largada… pica en punta don Triguero, seguido de cerca por...”. Y así, con una voz y un estilo espectaculares reseñaba  el orden exacto de carrera y de llegada.
Años después, ya trabajando con Caracol en Bogotá, leí en una revista un comentario que decía: “Es muy difícil competir con una persona con las cualidades de Julio Nieto Bernal, que es capaz de dar el orden exacto de llegada a la meta de diez caballos, con una diferencia de solo media nariz… ¡Increíble!”.


Pero el comentarista se quedó corto. Le faltó hablar de sus otras cualidades profesionales, como locutor, periodista, publicista, creativo, comentarista de cine, de música, de la cultura, de la economía, de la política. Todo esto gracias a sus estudios de Economía y Derecho, y a la preocupación permanente por mantenerse actualizado, devorando libros, revistas, periódicos y toda información que llegaba a sus manos de cualquier lugar del  mundo.


Esta permanente pasión por la lectura respaldaba su amplísimo bagaje de cultura universal, que derrochaba.  Y una virtud más, su calidad humana.
Yo tuve la suerte de llegar a Caracol gracias a él. No era su amigo. Lo conocí como ejecutivo de la empresa y con el argumento de ser su paisano, le solicité trabajo para poder estudiar en Bogotá. Mi experiencia consistía en haber trabajado recientemente en  Radio del Comercio, de Bucaramanga, como operador. Aceptó mi solicitud y me dio la oportunidad. Y esa fue la oportunidad de mi vida.
Allí conocí a los personajes expertos en este medio, que también fueron mis maestros, entre los cuales se destacaba Julio Nieto. Es muy grande la enseñanza que él deja a la nueva  gente de la radio. No sólo su aporte creativo, sino su ejemplo de responsabilidad y respeto por la audiencia cuando se habla al micrófono de un medio masivo tan importante como éste.


El reconocimiento a la labor de Julio ha sido amplio en los diferentes medios donde, con frases nobles y sentidas, se recuerda y despide al profesional y al amigo. Me solidarizo con todos ellos.
Solo quiero en esta nota dejar en firme mi eterna gratitud y agradecer a Dios el haber tenido la oportunidad de ser su amigo.
No quiero terminar sin recordar algo curioso referente a las rutinas que teníamos en el Estudio 3 de Caracol, donde grababa y musicalizaba otro amigazo: Enrique París, el turquito, como le decíamos.
Todas las tardes, entre las 4 p. m. y las 8 p. m., coincidimos allí en ese piso, por varios  años: Otto Greiffenstein, La hora del regreso; Julio Nieto Bernal, Después de las horas, y  Alfonso Lizarazo, Estudio Quince, para grabar nuestros programas en un ambiente inolvidable. Lo curioso, o tal vez preocupante, es que Enrique, Otto y Julio ya se fueron para siempre.
…¡Aquí prefiero no recordar la frase de Julio: ”Han dado la largada…”!