La Fundación LOréal, la compañía de productos cosméticos y de belleza más grande del mundo, en 1998 en asocio con la Unesco creó el Programa Internacional “Para las Mujeres en la Ciencia”, con el propósito de otorgar becas a estudiantes de doctorado y postdoctorado que hayan demostrado excelencia académica. En 2008 el programa fue lanzado en Colombia, y desde 2009 ha estado otorgando 2 becas cada año.
Los campos del conocimiento que apoya el programa son: Ciencias de la vida, ciencias agrarias, ciencias tecnológicas, química, física, ciencias médicas y matemáticas. La beca consiste en 10.000 dólares para apoyar proyectos de investigación.
Se ha entregado el premio a unas 77 investigadoras de Latinoamérica, Norteamérica, Europa, Asia y África. Este año, Colciencias, Icetex, la Comisión Nacional de Cooperación con la Unesco y L’Oréal Colombia, abrieron la convocatoria para las científicas del país que deseen participar en este programa de becas: “Mujeres para la Ciencia 2016”. El plazo para inscribir los proyectos vence el 15 de julio y la información se encuentra en la web del Icetex.
Las aspirantes deben ser estudiantes colombianas con al menos un año de doctorado o con postdoctorado menores de 45 años y deben presentar un proyecto de investigación de máximo cinco páginas.
La Nacional, beneficiada
El año pasado el premio fue obtenido por Susana Novoa Herrán, estudiante de doctorado en ciencias químicas de la universidad Nacional de Colombia y por Érica Mejía Restrepo, quien adelanta el doctorado de biotecnología en la universidad Nacional seccional Medellín. Ambas fueron seleccionadas entre un total de 29 científicas que concursaron.
Novoa investiga sobre el “Papel del TGF-Beta en la regulación del trofoblasto humano y sus implicaciones en malignización”. La indagación tiene que ver con el embarazo y lo que le sucede a una mujer en estado de gestación, etapa en la que se producen unas células conocidas como trofoblásticas que van a conformar la placenta. Si la producción de estas células es alta se genera la enfermedad trofloblástica gestacional y hay una probabilidad alta de padecer el cáncer conocido como carcinoma.
Por otra parte, Mejía está investigando en “Promoción del crecimiento vegetal en la restauración de suelos degradados por minería urbana, a través del uso de residuos bioacidulados de construcción y de demolición”. Lo que ha propuesto la becaria es usar escombros para recuperar terrenos afectados y potencialmente productivos.
En el acto oficial que se hizo para otorgar el donativo a las científicas, Alejandro Eastman, presidente de L’Oréal Colombia expresó: “El mundo necesita de la ciencia y la ciencia necesita de mujeres. Con esta iniciativa queremos respaldar a las mujeres que hacen ciencia en nuestro país y fomentar las vocaciones científicas entre las más jóvenes”.
Un ejemplo a seguir
Esta iniciativa LOréal-Unesco, es un ejemplo a emular por otras empresas que permitirá el apoyo económico a las mujeres que a lo largo de la historia, a pesar de haber sido discriminadas, han hecho importantes aportes científicos y tecnológicos a la humanidad.
Aunque encontrado múltiples obstáculos para desarrollarse en el mundo académico, científico, empresarial y gubernamental, ellas con estoicismo y perseverancia nos han dado ejemplo, sin embargo, los hombres las miramos muchas veces con desprecio o mejor de manera machista.
Además de tener menos oportunidades que los hombres para investigar, también han tenido menos posibilidades de culminar sus carreras. Según un estudio de la ONU realizado en 14 países, en formación relacionada con la ciencia, un pregrado lo termina el 18% de las mujeres, por 37% de los hombres, un 8% de ellas termina maestría, mientras que el de los hombres es de 18% y solo un 2% termina doctorado frente a un 6% de los varones.
Esa desigualdad que ha sido tradicional necesariamente se tiene que reflejar en un premio tan importante como los Nobel, en los que 817 galardones han sido para los hombres y las mujeres escasamente han recibido 47.
Las mujeres han estudiado en la clandestinidad
La historia de varias científicas está relacionada con la clandestinidad para estudiar o tener que ocultar su nombre para poder presentar sus resultados de investigación ante una organización científica, como le sucedió a Emmy Noether (1882-1935), cuando en 1918 tuvo que valerse de Felix Klein (1849-1925), quien presentó por ella un artículo ante una organización científica en Gotinga.
El programa “Para las Mujeres en la Ciencia”, aplicado a Colombia, siendo muy importante, contribuye muy poco a que el país supere su atraso en investigación de calidad en ciencia y tecnología, deficiencia que refleja su exiguo número de doctores. En nuestro país hay 6,6 doctores por cada millón de habitantes, porcentaje bastante bajo si se tiene en cuenta que con respecto al mismo número de población, el promedio en Latinoamérica es de 38 doctores.
Las cifras son más abismales si la comparación se hace con Europa, los países asiáticos desarrollados, y por supuesto, EE.UU. Canadá, la India, Australia e Israel. Por esa importancia que les dan a la formación de doctores, es que pueden producir ciencia y tecnología.
Es pertinente aclarar que por doctor se entiende el grado académico superior que se conoce como Ph.D. muy diferente a tantos ‘doctores’ que inundan el Senado y la Cámara y a los que cubren puestos oficiales que sirven solo, en un buen número de casos, para cubrir las cuotas políticas.
La ministra de Educación promete becas
Intentar superar el déficit de Ph.D que tiene el país está en la agenda de la actual ministra de Educación. En declaraciones que dio para un diario capitalino el 12 de abril de este año, Gina Parody manifestó que su despacho ha estado trabajando en un proyecto denominado “Pasaporte a la Ciencia”.
Se pretende, según ella, que cada año 1.000 de los mejores egresados de acuerdo a las pruebas Saber Pro, reciban una beca para estudiar postgrado en alguna de las 100 mejores universidades del mundo según el ranking Shanghái. Afirmó también que el proyecto contempla facilitar la inserción de las personas becadas cuando regresen al país y ofrecerles los incentivos adecuados para que muchos se vinculen a la industria o al gobierno.
La meta plasmada en el plan de desarrollo es incrementar rápidamente de 7.500 a 10.000 el número de Ph.D. en el país. Soñemos que ese propósito de la ministra se cumpla, pero la desconfianza es apenas normal cuando el plan está por debajo de lo esbozado por la Comisión de Sabios hace 20 años, cuando formularon la meta de 20.000 Ph.D.
Por Diego Arias Serna
Fuente: cronicadelquindio.com