Tras realizar inversiones por US$300 millones en los últimos cinco años, la compañía se prepara ahora para competir por una nueva factoría en territorio colombiano.
El desempeño de las empresas de consumo masivo se ha convertido en un buen termómetro para medir el comportamiento de las economías. Y a juzgar por los resultados que acaba de reportar la multinacional angloholandesa Unilever, en Colombia este sector goza de cabal salud.
Al cierre de 2015 las ventas de la compañía superaron el billón de pesos, con un crecimiento a doble dígito en su operación local, según su presidente Ignacio Hojas, mientras que en términos de volumen la variación habría superado el 5%. Este resultado se mantuvo al cierre del primer semestre del año, cuando las ventas siguieron creciendo tanto en volumen como en pesos, pese a la incertidumbre que reina por un enfriamiento de la economía y la creciente devaluación.
Aunque estos factores preocupan, el presidente de Unilever cree que la estrategia adoptada por su compañía en el marco de la estrategia lanzada hace cinco años bajo el nombre ‘Plan de Vida Sostenible’ está rindiendo frutos en los tres objetivos trazados: ahorro sostenible, crecimiento y atracción del mejor talento.
El plan le ha permitido a Unilever ahorros en su operación mundial por 600 millones de euros, derivados de mayores eficiencias y un uso más racional de los recursos. Además, avanza en la meta de duplicar el tamaño del negocio de aquí a 2020, y en materia de retención del talento es la primera empresa de consumo masivo que prefieren los jóvenes para trabajar, y la tercera en el listado general, detrás de Google y Apple, de acuerdo con la plataforma LinkedIn.
Dos datos dan cuenta de los resultados obtenidos por la compañía en materia de sostenibilidad: mientras hace cinco años 14% de los insumos para la producción de alimentos procedía de fuentes sostenibles, el año pasado esta cifra alcanzó 61%, ubicándose 18 puntos por encima del registro alcanzado en 2014. El segundo muestra que en Colombia la operación ha alcanzado tal nivel de eficiencia en el uso de recursos naturales que se han reducido en 65% las emisiones de CO2, lo que baja sustancialmente la huella de carbono de la compañía.
La multinacional opera en el país tres plantas de producción –dos en Palmira y una en Cali– y un centro de distribución desde el cual atiende la demanda de productos. Una de las plantas de Palmira de detergentes sin fosfatos fue inaugurada en 2014, y tuvo una inversión de US$100 millones, que se suma a los US$200 millones que pagó la compañía tras adquirir la planta de detergentes de Colgate en 2011.
Unilever, que en el mundo maneja más de 400 marcas (entre ellas Pond’s, Knorr, Fruco, Rama, Rexona y Dove), tiene en el país cerca de 23 marcas en 12 categorías que cuentan con alrededor de 1.200 referencias. Esto indica que todavía hay un potencial por explorar que no solo está dado por el crecimiento del consumo o la estabilidad de la economía.
También porque, según su presidente, la facturación de su compañía por habitante es la mitad de lo que se observa en países del sur del continente como Chile, Argentina o Brasil, y todavía hay una baja penetración de las marcas, que muestran un potencial amplio por explorar. Solo en el caso de los productos de tratamiento Pond’s, que tienen 50% del mercado, existe una penetración aún baja frente al potencial de crecimiento.
Y esto lo ha motivado a proponer al país como plataforma para la construcción de una cuarta planta en la que la compañía invertiría más de US$50 millones y cuya concreción podría darse este mismo año.
La decisión de construir esta nueva planta depende en buena medida de los factores competitivos que exhiba el país –que compite con México y otra nación suramericana–, razón por la cual el próximo 5 de julio está prevista una reunión con la ministra de Comercio, María Claudia Lacouture, y el presidente de ProColombia, Felipe Jaramillo, para conocer las condiciones que permitirían hacer mucho más atractivo al país para montar esta planta, que en plena operación generaría alrededor de 200 empleos directos, adicionales a los indirectos que se crearían en temas de transporte y logística, que podrían ser del doble.
Al igual que la mayoría de productos de consumo, la devaluación se ha convertido en todo un dolor de cabeza para Unilever en Colombia. Aunque la empresa tiene producción de alimentos y detergentes en el país, cerca de 70% de los insumos para detergentes y un porcentaje alto de los que se utilizan en alimentos están expuestos directamente a la devaluación. “El aceite de palma para hacer nuestro producto Rama, por ejemplo, tiene un precio internacional, pese a que hay producción nacional”, asegura.
En términos generales, el impacto de la devaluación en el aumento de costos de la compañía fue 20% el año pasado, pero la compañía no trasladó todo este porcentaje al precio sino que pudo mitigar su impacto con ahorros y mejoras tecnológicas en sus procesos productivos.
Pero, al tiempo que les ha afectado en los costos, la devaluación también ha tenido un impacto positivo en las exportaciones de la compañía, que sigue apostándole a convertirse en proveedora de mercados vecinos.
El año pasado las exportaciones alcanzaron los US$15 millones y la meta de la empresa es aumentar esta cifra. Por eso, la instalación de una nueva planta de producción sería parte de la estrategia de aumentar las ventas al exterior.
Mientras tanto, Unilever mantiene en Colombia un robusto programa de inversiones en procesos de renovación y mejoras continuas que este año alcanzarán los US$15 millones. Además, la empresa invierte anualmente unos US$30 millones en publicidad para enseñar mejores prácticas a los consumidores y, además, para dar a conocer las novedades de sus productos. En este aspecto, el presidente de Unilever reconoce que la innovación es uno de los temas clave para mantener su dinámica en el mercado, pues cada año la compañía renueva alrededor de 30% de su portafolio y se introducen entre 40 y 70 productos nuevos.
Para Ignacio Hojas, la apuesta de su empresa es alcanzar crecimiento económico con sostenibilidad, uso racional de los recursos y apoyo social. Una poderosa idea que no solo está transformando los balances; también la vida de muchas personas.
Fuente: dinero.com