En Antioquia, la colonización de bosques tiene como consecuencia la alteración del ecosistema. Un esquema de pago les permite a los nativos proteger sus especies y mantener el equilibrio.
Cerca de la finca donde vive Oracio Rivera han matado cuatro guaguas para comerlas o para venderlas. Cuando Oracio supo quién había matado a estos animales fue a buscarlo para pedirle que no los volviera a cazar, porque estaban perjudicando la alimentación del puma que habita la zona, y entonces este terminaba comiéndose el ganado de las familias de la región. “Le dio rabia y me dijo que todo eso era público, pero le dije que esa finca donde él estaba cazando es mía y que si no cuidábamos los animales que come el puma, este se va a seguir llevando al ganado”.
Oracio es un campesino que vive en zona rural de San Carlos, en Antioquia, con su esposa y con sus dos hijos. Regresaron en el 2009, después de haberse ido a Medellín por cuenta de la violencia. “Me desplacé de estas veredas, nos fuimos 7 años y volvimos a la region a cultivar otra vez lo que nosotros sabemos. En la ciudad es muy difícil vivir porque no estamos acostumbrados al negocio, sino al campo. Nos fuimos por la guerra, por la violencia, pero volvimos porque el territorio de San Carlos es una zona que inclusive fue declarada territorio de paz. Está muy agradable vivir aquí, porque ya no hay violencia. Regresé sin complicaciones, todo estaba muy bueno, muy sano, llegué a la región con amigos y hermanos y estuvimos destapando el rancho que estaba puro monte, bejuco y la teja podrida; con ayuda del municipio y muchas entidades, el programa de Familias en su tierra también nos ayudó a salir adelante y estamos viviendo en el campo, dando la batalla que es lo que nos gusta”.
Cuidar el corredor por donde habita el puma también beneficia a la familia de Oracio, pues a cambio reciben un pago que puede estar entre 200 o 600 mil pesos, o incluso más, y lo reciben a través de la cuenta de Bancolombia denominada ‘Ahorro a la mano’. Este monto recibido les ha permitido a varias familias invertirlo en su vivienda, en la alimentación o las necesidades básicas diarias. Este beneficio es recibido gracias al esquema BanCo2, que busca garantizar la sostenibilidad y supervivencia, tanto de habitantes como de felinos, y con el apoyo del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Conservación Internacional y El Instituto Humboldt, la Corporación autonoma Regional de las Cuencas de los ríos Negro y Nare -Cornare- creó la línea Bio del esquema BanCO2, que apoya Bancolombia.
Consiste en pagar a familias campesinas por la conservación de los bosques que conforman los corredores biologicos del felino. “Una de las claves es no matar a los animales salvajes que son alimento del puma, como ardilla guacharaca. Yo le digo a la gente que no le haga daño a estas especies”, cuenta Oracio quien también pasa los días sembrando y recogiendo café. “Agradecemos a Banco2, porque es un gran esquema que piensa en las comunidades que cuidamos los animales. Nosotros sabemos cuidar nuestra fauna y flora para beneficio de todos”, puntualiza este campesino.
Fuente: http://www.elespectador.com/