Ernesto Fajardo, presidente de la compañía, dice que la empresa tiene este año $105.000 millones para nuevos equipos.
Inversiones en marcha que en los últimos dos años llegan a 182.000 millones de pesos para aumentar y modernizar su capacidad productiva, innovación en todos los frentes y lanzamientos de nuevos productos han concentrado la atención de la compañía colombiana Alpina. Son apuestas a mediano y largo plazo, dice su presidente, Ernesto Fajardo.
¿Cómo les ha ido?
Sabíamos que el 2017 iba a ser un año de retos y de cambios por temas como la reforma tributaria y la implementación de la paz, porque iba a tener un impacto en la confianza del consumidor. La verdad es que ha sido un poco más duro de lo esperado. En el primer trimestre decrecimos un poco en ventas y el segundo ha sido un poco mejor, pero no todavía en términos de presupuestos. Aún no se siente que haya un despegue total y que la economía vaya más rápido. Esperamos que cuando la baja en la tasas de interés se refleje, el consumidor se anime. Para que el PIB llegue al 2% que es el que está estimado hoy, tiene que ser un segundo semestre muchísimo mejor.
¿Cómo han actuado en ese escenario?
Desde el principio del año hemos seguido apostando por la innovación, por seguir lanzando productos y por invertir en el mercado. Creemos que, independientemente, de que en este momento haya algunas dificultades en la economía, el consumidor necesita ver que las cosas se siguen moviendo. Para la marca es muy importante que el cliente continúe viendo nuevas opciones.
Y el resultado de esto es que, aunque los mercados no crecen a la velocidad que queremos, la preferencia de nuestros consumidores se mantiene.
¿Dónde se nota más el deterioro del consumo?
No hay un producto o una categoría que sea el foco de la desviación contra lo esperado, sino que es general. El bajón en toneladas se impacta en todas las categorías de formas diferentes. Donde hemos tenido lanzamientos, las diferencias han sido más pequeñas. En general, se nota una reducción de la compra.
¿Tienen más lanzamientos?
Sí, seguimos con una dinámica de lanzamientos. Tenemos, por ejemplo, una nueva versión de Alpinito con un empaque mucho más amigable con el fin de ampliar la oportunidad de consumo. Hay otros que poco a poco contaremos.
¿Que inversiones han hecho en las plantas?
El año pasado hicimos inversiones de alrededor de $77.000 millones y este año llegamos a $105.000 millones. Los recursos están dirigidos a diferentes cosas. Una, al aumento de capacidades. Hay áreas en las cuales venimos creciendo y necesitábamos nuevos equipos. Entonces, vamos a contar con nueva maquinaria en el área de quesos. Se está instalando en la planta de Sopó para arrancar producción hacia el último trimestre.
Tenemos una nueva línea envasadora que irá a la fábrica de Entrerríos (Antioquia) con mayor flexibilidad, capacidad y algo de innovación de empaques. Y están planes de sostenimiento en los que se habilitan las capacidades que tienen hoy las plantas. Igualmente, se invirtió en equipos para leches en Sopó. Por su parte, en Chinchiná se fortaleció el área de compotas.
¿Aumenta la inversión pese a que el ritmo del negocio va lento por la coyuntura?
Son inversiones a largo plazo y las seguimos haciendo porque queremos y esperamos que la coyuntura se corrija en el segundo semestre, y si bien no volveremos a los incrementos iguales a los de años pasados, el negocio sí va a seguir creciendo y necesitamos esa mayor capacidad.
¿Cómo va la operación internacional?
Va bien, en Venezuela la dinámica del mercado es difícil, pero la vivimos hace mucho tiempo alrededor de la dificultad de las materias primas. Afortunadamente allá tenemos casi 100 empleados. En Ecuador hemos visto una recuperación interesante.
¿Y en Estados Unidos?
Venimos creciendo. Tenemos una planta en Nueva York que tiene diferentes líneas de productos. Las exportaciones que van desde Colombia, que vendemos en el sur de La Florida, donde más se conocen, también vienen en aumento. La operación internacional es el 12% de los ingresos totales.
¿Cómo van los Alpina Market?
No tenemos interés en volvernos una gran compañía de retail ahora, sino asegurarnos de llevar al consumidor la experiencia que nació en La Cabaña. Tenemos 51 locales en ciudades como Bogotá, Barranquilla, Ibagué, Bucaramanga, Cali y Medellín.
¿Le preocupa la presencia de Aftosa en el país?
Claro. Preocupa, no por el tema de la leche porque no hay relación, pero la sanidad animal es un factor importante porque impacta la percepción de Colombia como país que vende productos derivados de la ganadería. Esperamos que el Ministerio de Agricultura y los entes correspondientes puedan solucionar esto a corto plazo.
¿Planean aprovechar zonas hoy libres de guerrilla?
Hemos trabajado en esas zonas como Cauca y Nariño, desde hace tiempo, acopiando leche. Ahora, miramos hacia Yopal y Caquetá para ver la viabilidad de los proyectos. Más allá de la producción, hay que definir cómo operar en forma competitiva.
¿Cómo mejorar las condiciones de la industria colombiana?
Hay dos partes que son críticas para que funcione la productividad que es el objetivo más grande que tenemos las empresas. Es que, incluso, cuando nos comparamos con otros países de Latinoamérica, somos ineficientes. Hay unos factores ajenos a lo que hace la compañía, que tienen ver con el ambiente en el cual funcionamos. Hablamos de una infraestructura relativamente insuficiente en términos de carretera, y nos referimos a una tramitología increíble. Creo que desde el punto de vista del Estado esta es una parte que es crítica y que debe mejorar.
Y las compañías también tenemos que avanzar. Seguir trayendo equipos, modernizando nuestras máquinas y capacitando a la gente para que esté lista para manejarlos.
Trabajamos con el Sena y con otras instituciones para asegurarnos que la educación que le están dando a las personas, especialmente en el área técnica, sea más relevante frente a las necesidades que tenemos nosotros como compañías. El personal debe estar más acorde al mundo que cada vez es más digital y debe tener mayor interacción con el consumidor que cambia día a día.
En Alpina venimos haciendo un trabajo de transformación interna. La innovación estaba muy metida en el área de mercadeo y nuevos productos y la hemos ampliado a otras dependencias, con buenos resultados.