El presidente de Alpina, galardonado este jueves como el mejor líder empresarial. en los Premios Portafolio 2018.
Durante sus cinco años en la presidencia de Alpina, Ernesto Fajardo Pinto ha logrado transformar radical y positivamente la compañía, con miras a impulsar la conciencia ambiental y social de la empresa.
Para Fajardo, la clave para acelerar los cambios en la organización es impulsar a los colaboradores a sacar lo mejor de sí. “El liderazgo implica humildad, empatía y confianza para entender los intereses y características de las personas y así construir verdaderos equipos que comparten, no solo un propósito, sino motivaciones y aspiraciones”, manifestó el president de Alpina.
El conocimiento que el bogotano ha aplicado en sus años en la compañía también es fruto de sus amplios estudios y larga experiencia. Fajardo es administrador de empresas de la Universidad del Rosario, tiene un MBA de la Universidad de Washington, estudios de marketing de la Universidad de Kellog y otros estudios en habilidades gerenciales de Harvard. En cuanto a su experiencia, se destaca su paso como gerente general para Latinaomérica de Monsanto y CEO de la multinacional colombiana Inversiones Mundial.
Debido a su paso por la academia y varias industrias, Fajardo ha entendido la importancia de la diversidad en sus equipos de trabajo. “Buscamos que los grupos sean multidisciplinarios y que el trabajo sea transversal. Que todos se reconozcan como pares y se empoderen los unos a los otros para atreverse a crecer, tomar riesgos, crear, innovar y mejorar el país generando impactos positivos en lo social, económico y medio ambiental”, añadió el directivo.
LABOR SOCIAL
Uno de los grandes logros que ha tenido Fajardo en su administración ha sido la de empoderar a campesinos para que sean más productivos.
“Entendimos que para que el campo sea realmente productivo y próspero es indispensable el desarrollo de los pequeños productores. Por eso trabajamos en procesos de formación humana, mejoramiento de cadenas productivas y procesos, y fortalecimiento de modelos de asociatividad. Gracias a esto, la productividad de los campesinos ha aumentado, mejorando su calidad de vida y fortaleciendo a todo el sector lácteo en el país”, explicó el presidente de Alpina.
En esa labor para hacer del campo colombiano aun más productivo, la compañía anualmente hace casi 5.000 visitas y 2.000 capacitaciones a los ganaderos, con el fin de transferirles conocimiento en temas relacionados como mejoramiento de praderas, optimización de terrenos y buenas prácticas de ordeño.
Con esa iniciativa, la compañía logró que estos trabajadores del campo produjeran 12.788 litros de leche por hectárea, una cifra que es cercana al promedio nacional de lo que reporta Nueva Zelanda que es el mayor productor de ese producto en el mundo. Y, según Fajardo, esperan aumentar el número de visitas y capacitaciones.
Con los proyectos sociales, Alpina no solo ha ayudado a pequeños productores campesinos, sino a personas afectadas por el conflicto armado.
Por ejemplo, en Nariño, una zona golpeada por la violencia y por los cultivos ilícitos, cerca de 1.500 ganaderos que estaban limitados por la baja productividad y calidad de su leche, se asociaron para ser capacitados en buenas prácticas, con lo que lograron triplicar sus ingresos. A raíz de ese proceso, los nariñenses lograron formalizarse y lograron acceder a programas de alianzas productivas del Gobierno.
INNOVACIÓN Y TECNOLOGÍA
El ejemplo de innovación de Alpina y su torre de control es quizá uno de los más reconocidos en la industria nacional.
“La lanzamos en 2016 y nos permite controlar las rutas programadas 24 horas al día como un aeropuerto. Así cuidamos a nuestros conductores y garantizamos que ofrecemos leche fresca, de excelente calidad y que no se ha visto afectada por factores externos”, explicó Fajardo.
En ese sentido, para el directivo la digitalización es una herramienta clave para desarrollar su estrategia corporativa, mantenerse a la vanguardia y continuar invirtiendo en el crecimiento de la compañía.
CONCIENCIA AMBIENTAL
Otra de las filosofías que Fajardo ha logrado imprimir en su organización y en sus colaboradores ha sido el cuidado del medio ambiente. “Migramos a un pensamiento que consiste en que el flujo de la economía de la compañía pase de ser una economía lineal, a una circular”, dijo.
Con ese objetivo en mente, la compañía logró evitar la tala de 20.000 árboles con el proyecto de ‘Ciclo cerrado de papel y cartón’ con el que todos los residuos de Alpina son convertidos en cajas de embalaje para sus productos, dándole un nuevo uso. También, generaron energía térmica y eléctrica con la reutilización de residuos orgánicos y redujeron desperdicios en su cadena de producción.
Fuente: https://www.portafolio.co