A propósito de la discusión en la Comisión VII de la Cámara de Representantes sobre el proyecto de ley 214, “Por medio de la cual se promueve el acceso a información necesaria para fomentar entornos alimentarios saludables y prevenir enfermedades no transmisibles y se adoptan otras disposiciones”, la Asociación Nacional de Anunciantes de Colombia, ANDA, cuya misión institucional es ejercer la representación y defensa del derecho a la libre expresión comercial de los anunciantes del país, manifestamos:
Como ANDA celebramos la creación de espacios para promover hábitos que se traduzcan en la preservación de la salud del consumidor, pero es importante no perder de vista que si bien las estrategias de mercadeo social están creciendo en Colombia, éstas deben estar debidamente sustentadas a nivel científico para que el mensaje que se entregue al consumidor sea veraz y no lo induzca al error o confusión a la hora de tomar su decisión de consumo.
Efectivamente, la solución a las preocupaciones de salud pública relacionadas con estas problemáticas no debería considerarse un asunto que toque exclusivamente a la industria de alimentos y bebidas, o sus prácticas comerciales/publicitarias. Más allá, es posible encontrar en diferentes comportamientos, hábitos, sistemas culinarios, estilos de vida, facilidades de acceso a los alimentos, disponibilidad de agua potable, dotación de espacios públicos para el acondicionamiento físico, entre otros, los diferentes variables a modificar, más allá del impacto asociado a la publicidad de estos productos.
La Anda está alineada con los conceptos emitidos por la WFA (Federación Mundial de Anunciantes), de la cual somos parte, reconocemos que el marketing tiene un impacto en la elección, las preferencias y las conductas de los consumidores. Sin embargo, decir, que algunas enfermedades no transmisibles están ligadas al consumo de alimentos procesados es una causa directa de la publicidad, no tiene un sustento técnico ni responsable; creemos que se está abordando la problemática de manera ligera, ya que, en síntesis, este es un problema complejo y multifactorial que no debería afectar la libre expresión comercial.
Para los anunciantes el etiquetado es una forma de hacer comunicación comercial pues allí se anuncian su producto y el contenido. Estamos en línea con la posición de Fenalco y la Andi que califican de desacertada y equívoca la propuesta del Proyecto de Ley 214 que está hoy en trámite en el Congreso de la República y que busca promover el acceso a la información de alimentos procesados, mediante un rotulado frontal de alerta.
La autorregulación no es cuestión de documentos y palabras al aire, se trata de un compromiso real de los anunciantes con su consumidor, sus propias marcas, su reputación, la relación con sus públicos y el trabajo continuo alineado con altos estándares de responsabilidad, que desde hace años vienen desarrollando las mejores prácticas enmarcadas en la ética y en las experiencias que hemos tenido en el pasado en el país.
Desde la Asociación Nacional de Anunciantes, Anda, promovemos y lideramos un modelo preventivo donde se fomenta la difusión clara y responsable con el consumidor, por lo que la utilización de un porcentaje determinado de la etiqueta del producto, pueden ser excesivamente rígidas y poco efectivas en dar una información clara al consumidor final.
El derecho a la información que tienen los consumidores, en los términos de la Ley 1480 de 2011, implica que la información que se le presente no sólo sea veraz y suficiente, sino también comprensible, y con una excesiva inclusión de datos y advertencias en el empaque y su rotulado, el consumidor más que entender lo que está consumiendo, perderá interés en la comprensión de los textos. Es ampliamente conocido que la contaminación visual puede incluso llegar a afectar la salud psicofísica, la conducta humana y en consecuencia la calidad de vida, dependiendo de la vulnerabilidad de la persona; la sobre estimulación produce estrés por sobrecarga informativa y fatiga cognoscitiva. Así, el propósito del legislador se vería frustrado en la práctica diaria.
No debe dejarse de lado que cualquier disposición que se introduzca en el ordenamiento jurídico colombiano en materia de etiquetado de productos, potencialmente representa un “obstáculo técnico al comercio”, y en consecuencia debe surtir los trámites de concepto previo y de notificación a los países miembros de la Organización Mundial del Comercio, de la Comunidad Andina y los países con los cuales Colombia tenga acuerdos comerciales vigentes.
Desde la Anda estamos convencidos que la comunicación comercial responsable genera transformación social y cultural. Por esto, nuestras acciones deben seguir incentivando una conducta ética entre nosotros como gremios, empresas anunciantes, medios de comunicación y agencias de publicidad.
Desde la Anda trabajamos siempre en pro de un consumidor bien informado, que tome decisiones de manera responsable y consideramos que el logro de los objetivos propuestos por el proyecto de ley resulta posible mediante acciones de mayor eficacia; que tengan en cuenta la armonización de la propuesta con el marco regulatorio vigente; el análisis de la información idónea que debe ser entregada al consumidor; y la articulación con el trabajo que ya viene adelantando la industria en este particular.
Elizabeth Melo
Presidente Ejecutiva de la Anda