La multinacional francesa con operaciones en el país explica las herramientas tecnológicas disponibles para que el sector pueda expandirse.
La pandemia ha traído ajustes a las costumbres del consumidor y una de ellas tiene que ver con la transformación digital aplicada en la experiencia del cliente con los productos y en la forma de comprar. Eso está identificado en las empresas de belleza.
L’Oréal la multinacional francesa con operaciones en Colombia se identifica como “beauty tech company’.
Su director general, Alberto Mario Rincón, explica cómo aplica esta tendencia en el sector y las posibilidades de crecimiento.
¿Cómo van los negocios?
Mucho mejor, desde que se dio el decreto de reactivación económica en junio, la gente comenzó a salir más a la calle y nuestro negocio de belleza depende mucho de la socialización.
¿Qué destacaría de lo que ha pasado en el sector?
Como todos los otros negocios del mundo, el tema digital en el negocio de belleza, tomó una preponderancia. Venía siendo importante, pero obviamente con la pandemia se aceleró todo lo que tiene que ver con el mundo digital.
¿Y ustedes cómo han entrado en ese mundo?
Nosotros en L’Oréal venimos trabajando desde hace más de cinco o seis años en el concepto de ser una Beauty Tech Company que es seguir con nuestra esencia pero como una organización de belleza, adoptando la tecnología y la digitalización como parte integral del modelo de belleza y el modelo de negocio, en diferentes frentes.
¿Cuál destacaría?
Lo primero es cómo el comercio electrónico ha incrementado su participación dentro de las ventas. En China es ya casi el 50% de la venta del negocio y en Colombia no superamos el doble dígito. Entonces son muchas las posibilidades para el negocio de belleza.
También está surgiendo el movimiento de social commerce, donde lo nuevo es el online shopping, en donde un influenciador vende desde una plataforma y hace videos interactivos para que la gente pueda comprar en línea. Esto evita que se pierda la venta en caliente.
Este ecosistema informal crece mucho y nadie tiene medido su valor pero ahí es donde el mercado va a ser más disruptivo. Es como la televentas de las redes sociales.
Las empresas de venta directa están en el tema.
Correcto. Es una evolución natural del negocio door to door o venta directa porque ha sido menor el relacionamiento de la consultora con su cliente, el cual era ciento por ciento presencial. A medida que apareció la pandemia comenzaron a desarrollar ese relacionamiento a través del medios digitales, bien sea por Instagram o Facebook. Se dieron cuenta que era una herramienta importante.
¿Ustedes cómo van?
Como beauty tech company compramos una empresa, de origen canadiense, llamada Modiface que permite probar, por ejemplo, bases y tinturas.
En la pandemia esta necesidad se disparó y fue importante estar preparado para eso| no solo en nuestras páginas, sino en las de nuestros socios comerciales como Farmatodo o Éxito. Con todo el tema del virus la digitalización es muy importante porque la persona no quiere que le toquen la cara. Antes no importaba y hoy es un tema de salud.
Entonces se hace prueba virtual ya no solo en plataformas de comercio electrónico, sino en los puntos de venta, con un código QR que se puede escanear para restear el producto que quisiera comprar el cliente. Esto ahora es lo que se conoce O+O (offline +online), una tendencia en todos los negocios y también en el de la belleza.
¿Hay otro frente de digitalización?
Sí, es la forma como hemos llevado el tema de publicidad y construcción de marca no solamente en medios tradicionales, sino invirtiendo de manera importante en redes sociales para tener información más aterrizada de nuestros clientes.
El mundo digital no solo permite llevar un mensaje sino entablar una conversación con los consumidores y hemos trabajado mucho en eso y ha sido fundamental.
Así las cosas ¿cuándo la industria puede llegar al doble dígito?
En belleza, el otro año, tiene que ser así. Es que hay algunos hábitos de consumidor que han cambiado de manera temporal, pero no de manera estructural.
Una mujer se maquillaba varias veces al día pero en pandemia de vez en cuando, pero seguro cuando se retorne a la socialización se retomará esa costumbre. Eso se está viendo en junio y julio en Colombia.
Pero el tema del comercio electrónico no es temporal y se seguirá utilizando. Se combinará con ir al punto de venta.
La plataforma tiene ventajas, recuerda el color comprado y con las compras anteriores se le pueden hacer recomendaciones al cliente sobre productos complementarios. La experiencia del cliente va evolucionando.
¿Y el servicio a los clientes y las peluquerías?
Esa es otra estrategia. Una cosa es llegar al consumidor final, pero otra atender a los clientes de manera virtual. Aquí me refiero a la tienda de belleza de la esquina. El acceso a la tecnología permite que formalicemos más la relación comercial.
Nosotros lo estamos haciendo con nuestra propia aplicación con unas 4.500 tiendas de belleza que hay en el país, como complemento a la atención física. Pueden gestionar sus pedidos sin que tengan que esperar al vendedor tradicional.
Para las peluquería hay otro concepto. Antes, el entrena- miento en coloración se hacía de manera presencial. Desde hace tres años tenemos la plataforma en vivo Access, aunque reforzamos con presencial. También hacen órdenes de compra.
Fuente: https://www.portafolio.co