Asociación Nacional de Anunciantes de Colombia
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La cultura del altavoz

No nos podemos callar. Nada. Opinión que tengo, opinión que tengo que emitir. Prueba de ello es la polémica actual con Twitter, que parece que va a morir de éxito. Es tal la dinámica de intercambio de opiniones que se ha convertido en un terreno que algunas personas han clasificado de tóxica con cuentas bloqueadas, ahora desbloqueadas…etc, etc.

En fin, sin querer simplificar el interesante fenómeno de Twitter, me quiero centrar en este fenómeno de querer decirle al mundo lo que opinamos de todo, desde lo más mundano a lo más trascendental, y además, lo queremos contar en todos los foros: desde a RRHH de nuestra empresa, los chats de madres/padres en el cole, los whatsapps de vecinos…etc. Así somos también en nuestra faceta de consumidor a la hora de opinar de las marcas y servicios que consumimos.

Pero, ¿de dónde nace este fenómeno de tener la necesidad de dar a conocer nuestra opinión sobre cualquier tema? Es una tendencia realmente reciente y se debe a tres aspectos fundamentales:

1. Las personas de a pie nos hemos empoderado y sabemos que nuestra opinión se tiene cada vez más en cuenta por el impacto que puede llegar a tener, sobre todo cuando es compartida por mucha más gente.

2. A nivel particular, somos grandes emisores de contenidos en redes sociales, casi todas las personas tienen un canal para comunicarse con el mundo.

3. También hay un elemento altruista, las opiniones y los reviews son de gran ayuda a la hora de tomar decisiones.

Casos mediáticos: Shakira o el príncipe Harry

Dos ejemplos mediáticos de la cultura del altavoz muy recientes son el de Shakira, que ha decidido usar un mega-altavoz, su música, para decir lo que opina de su ruptura matrimonial. De hecho, está viviendo una de las etapas de su carrera más prolífica y exitosa mostrando su opinión acerca del comportamiento de su expareja.

Otro ejemplo es Harry, el hijo del rey de Inglaterra, tras su documental en Netflix, donde dio su versión de los acontecimientos que resultaron de su renuncia a los privilegios Reales, ahora viene su biografía «The Spare». Como anécdota en inglés hay un dicho que es «the Heir and the Spare», haciendo referencia a los Reyes que querían tener dos hijos varones, el heredero y el plan B, la familia real tradicionalmente asumía su rol con resignación… pues es evidente que en estos tiempos ya no.

Estos son dos ejemplos mediáticos de celebrities, pero a nivel particular, de personas desconocidas, es igual. Incluso, ¡es más! Parece que todo el mundo tiene que posicionarse sobre los temas de actualidad, existiendo incluso una presión social que te fuerza a pronunciarte a favor o en contra, porque actualmente ya no hay territorios neutros, hay que mojarse. Siguiendo con el ejemplo anterior de Shakira, parece que todos tenemos que decir de qué bando estamos, si apoyamos a Shakira o «clara-mente» estamos con Piqué.

El peligro de la cultura del altavoz

Pero en la cultura del altavoz no todo vale, de hecho, tiene un lado oscuro muy peligroso. Existe esa presión social por posicionarnos sobre el tema que sea, pero cuidado, que en una cultura del altavoz donde podría parecer que la libertad de opinión es lo que debería prevalecer, vemos que nada más lejos de la realidad. Cuando tu opinión no es la mayoritaria, no es la esperada, no encaja con lo que los demás esperan de ti, entonces se desencadena el cancel culture.

La cultura de la cancelación no es otra cosa que el ostracismo o castigo a personas o marcas, que rompen las normas diciendo algo que se considere inoportuno. Si esto se produce, el poder de las redes sociales puede acabar con la carrera de un personaje público o boicotear una marca en cuestión de minutos. Esto ocurre especialmente en temas vinculados a aspectos sociales candentes, como son el racismo, machismo, identidad de género…

Un ejemplo claro del fenómeno cancel culture es JK Rowling, la escritora de Harry Potter. Publicó en Twitter una opinión negativa sobre el colectivo trans y se generó tal polémica que todos los actores salieron públicamente desmarcándose de la opinión de JK Rowling. Incluso se viralizó #RIPJKRowling para mostrar su suicidio profesional.

¿Cómo deben las marcas «moverse» en esta cultura del altavoz?

Ya sabemos que cada vez más, existe una elevada demanda por parte de los consumidores y clientes para que las marcas se pronuncien y posicionen sobre temas relevantes, especialmente sobre temas sociales, que a su vez son los más peligrosos porque despiertan más sensibilidades. Por eso, es más importante que nunca monitorizar y testar las comunicaciones para asegurarse de no estar entrando en territorios polémicos.

Aun así, las marcas deben de asumir que en cada comunicación que realicen se van a generar una avalancha de opiniones y un porcentaje de éstas van a ser negativas. Testando sus comunicaciones y acciones, minimizas el riesgo de activar el cancel culture, ya que identificas qué temas son mejor evitar por ser más delicados, y si deciden ser valientes y posicionarse, cuál es el enfoque más acertado, o mejor dicho, más aceptado socialmente.

Fuente: https://www.marketingdirecto.com