La Generación Z no cuenta con el peso de las cargas financieras más recurrentes, como seguros o hipotecas, por lo que destinan sus ingresos a "placeres asequibles".
El 2022 fue un año marcado por el aumento de los precios, la inflación, el estallido de la Guerra de Ucrania y más acontecimientos que convirtieron «permacrisis» en la palabra del año pasado.