Aspectos como la calidad de las instituciones educativas, el ambiente universitario, la calidad y costos de vida, y la empleabilidad de egresados, fueron tenidos en cuenta para elaborar el Índice de Ciudades Universitarias, elaborado por la Red de Ciudades Cómo Vamos. En el caso de Manizales, que tuvo un puntaje de 63,04 sobre 100 se destacó en el ambiente que ofrece a los universitarios, así como en la calidad de vida y la calidad de la educación. Bucaramanga, con 62,64 puntos, fue reconocida como la segunda ciudad que ofrece trabajo a los egresados, también con un buen ambiente para estudiar.

Medellín fue la mejor ciudad en cuatro de las cinco variables que hicieron parte del índice, logrando una calificación de 60,44, aunque le fue mal en costo de vida, siendo aún más económica que Bogotá y Cartagena.

En contraste, Bogotá no salió tan bien, pues fue la quinta ciudad del conteo, con 53,88 puntos, ya que tuvo deficiencias en la calidad del ambiente universitario, en el costo de vida, que fue el segundo más alto y en la calidad de vida, también la segunda más baja.

Sin embargo, no todo fue malo para la capital, pues fue la ciudad que más trabajo ofreció a los egresados, además se destacó como la del mejor nivel educativo, de acuerdo con esta medición.

El líder de la Red de Ciudades Cómo Vamos, Alejandro García, explicó que la intención del índice, elaborado de la mano con la Fundación Luker, “fue tener una herramienta que permitiera analizar las condiciones que ofrecen las ciudades colombianas a los estudiantes universitarios”.

“La idea del índice es comenzar a invitar a las autoridades a preocuparse por el ambiente de universitario, la educación superior se ha vuelto básica y no puede ser ajena a los instrumentos de planeación de los territorios”, aseguró García.

En contraste con estos resultados, Cartagena fue la ciudad que tuvo un peor desempeño en el índice, con solo 33,10 puntos, teniendo los peores resultados en calidad y costo de vida, así como en el ambiente universitario.

A Cúcuta y a Ibagué tampoco les fue bien. Aunque la ciudad fronteriza tuvo el costo de vida más bajo, su calidad fue también la más baja. En el caso de Ibagué, arrojó el peor ambiente para los estudiantes universitarios y tuvo la tercera peor calidad de vida en este índice.

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