Con cerca de 15 años de existencia y apenas cuatro en Colombia, desde su entrada en 2014 a cargo de Nestlé Nesspresso, el café en cápsulas gana espacio ofertado por marcas como Café Quindío, Nutresa y Tropik. De esta forma la modalidad del espresso, idea italiana, se abre espacio en el mercado tanto nacional como internacional. Sin embargo, el posicionamiento de esta nueva modalidad de café no ha sido gratuito, sino que corresponde al seguimiento minucioso durante toda la cadena productiva que le antecede, proceso que lleva a resaltar las cinco características que lo potencializan.
En primer lugar, destaca la preparación ágil, fácil y precisa del café en cápsulas, aspecto que viene determinado por la tecnología implícita en las maquinas. En segundo lugar, se encuentra la variedad en sabores y aromas, ya que la oferta de esta presentación incorpora productos tradicionales (Café Sello Rojo, Colcafé clásico o Colcafé Capuccino Vainilla) de Nutresa, variedades de origen como Café Quindío y variedades internacionales de La India, Brasil, Etiopia, Kenia y Centro América que pone a disposición Nespresso. El tercer punto fundamental es el proceso de selección de la materia prima con la que se elaboran las cápsulas, en esta fase generalmente cuatro cosas se tienen presentes: origen, la compenetración entre la mata y la geografía donde se halla o terroir, el papel del productor en la recolección: despulpado, secado y almacenamiento, y el sostenimiento de la calidad durante la trasformación.
La siguiente característica está vinculada a la dispersión de precios, las capsulas tienen valores que oscilan entre 1.000 y 1.900 pesos. Mientras que las maquinas tienen valores que van desde los 200 mil hasta los 1.7 millones de pesos. Por último, resalta el compromiso ambiental detrás de las cápsulas y quienes la ofertan, los mecanismos vigentes son la recolección, caso de Nutresa o la fabricación de cápsulas en material totalmente biodegradable.