El organismo multilateral asegura que el país resistió los fuertes shocks externos que se presentaron. Con una buena nota para la economía colombiana terminó la evaluación del Fondo Monetario Internacional, al destacar que durante el año pasado el país continuó ajustándose de manera ordenada a una combinación de shocks internos y externos, y logró un crecimiento económico más rápido que el de otros países de la región y mejoras adicionales en la reducción de la pobreza y la desigualdad.
En su análisis, el organismo multilateral asegura que el crecimiento se redujo a medida que bajó la inversión y se vieron afectadas las exportaciones por la débil demanda de los países vecinos y la caída adicional en los precios del petróleo erosionó los ingresos fiscales y contribuyó a la depreciación del peso.
De otra parte, la inflación alcanzó en julio un máximo no observado desde hace varios años debido en parte al fenómeno de El Niño y a otros choques de oferta, pero se ha moderado desde entonces.
Así mismo, anota que a pesar del descenso en las exportaciones, el déficit en cuenta corriente se redujo a un ritmo más rápido de lo previsto a medida que disminuyeron las importaciones, y los flujos de inversión extranjera directa (IED) y de cartera proporcionaron suficiente financiamiento.
Destaca que el Emisor "siguió subiendo las tasas desde comienzos del año para anclar las expectativas inflacionarias, pero las ha bajado en los últimos meses a medida que se han moderado las presiones inflacionarias. El gobierno central cumplió la meta de déficit fijada por la regla fiscal a través de recortes del gasto primario y algunas mejoras en materia de administración tributaria, protegiendo a la vez el gasto prioritario en programas sociales e infraestructura".
Para el mediano plazo, el FMI proyecta que las perspectivas para el país son favorables y se verán respaldadas por la implementación del acuerdo de paz y la reforma tributaria estructural, así como por el programa de infraestructura. La actividad económica repuntará ligeramente en el 2017 al aumentar la inversión, impulsada por la reducción de los impuestos a las empresas y la confianza derivada del acuerdo de paz.
Mientras tanto, las exportaciones no tradicionales están ganando terreno en parte debido a los esfuerzos para reducir las barreras comerciales, lo cual contribuirá a llevar el déficit en cuenta corriente a su nivel de equilibrio. El crecimiento a mediano plazo se verá impulsado por la diversificación de la economía hacia sectores no-petroleros, los cuales se beneficiarán del programa de infraestructura y el acuerdo de paz que mejorarán la competitividad y el desarrollo regional.
Los riesgos para estas perspectivas se inclinan a la baja, y el principal riesgo a corto plazo se deriva de las necesidades de financiamiento externo que aún son altas (pero que están moderándose). A nivel interno, si bien el sistema bancario parece sólido, y en general resiliente a choques, han surgido algunos focos de vulnerabilidad en el sector corporativo. En el lado positivo, la implementación del acuerdo de paz a un ritmo más rápido de lo previsto podría apuntalar aún más el crecimiento a mediano plazo.
Fuente: http://www.portafolio.co