La evolución de la marca está en la aplicación efectiva de nuevas prácticas empresariales, la evolución de actitudes y la innovación.
La evolución de la cultura empresarial y su nivel competitivo representa un reto en el mundo corporativo de hoy. Para ello, es importante capitalizar los aprendizajes que se derivan de comprender la realidad, el impacto que tiene la ejecución de la estrategia y la interpretación asertiva del contexto de mercado cambiante que se enfrenta.
Servicios Empresariales de Información (Serempre), es una empresa liderada, por los ‘millennials’ David Panesso, Billy Camargo y Nicolás Díaz desde hace once años, dedicada a desarrollar software a la medida mostrando a sus clientes que para hacer lo mejor, se debe estar en disposición de transformarse cuando las dinámicas del mercado y las nuevas tecnologías así lo exigen. Se requiere mucha flexibilidad para cambiar paradigmas.
El espíritu emprendedor se expresa inicialmente con la concepción y realización de eventos denominados Lan.Co en el 2004, escenario en el que se promovían y divulgaban videojuegos a jóvenes que se reunían con sus computadores y dispositivos electrónicos para jugar, compartir e intercambiar información, además de aprender sobre tecnología de la información y las comunicaciones. Llegaron en los siguientes años a convocar a más de 500 participantes en este evento que se convirtió en referencia para estas nuevas generaciones.
La experiencia permitió consolidar las competencias para interactuar con la tecnología y ver cómo concebirla, además de fortalecer el espíritu emprendedor. Se evidenció desde ese entonces el gusto por interactuar con plataformas tecnológicas y, al tiempo, el interés por desarrollar software y soluciones que integraran las tecnologías emergentes. Todo comenzó para ellos como una ‘diversión’, los juegos les permitieron entender la lógica de los mismos para luego encontrar el gran propósito que deseaban cumplir.
Estos encuentros de los jóvenes y los videojuegos fueron rápidamente reconocidos y capitalizados por multinacionales, que encontraron un camino efectivo para crear estrategias de márketing y desarrollar sólidos vínculos emocionales con los consumidores del momento y los potenciales. Se convirtieron entonces estos eventos en terreno abonado para sembrar muchos de los sueños e ideas de estos ‘millennials’.
Los protagonistas de este caso fueron capaces de interpretar y aprovechar oportunidades para dar nacimiento a Serempre. Inicialmente, cinco socios universitarios en el mes de septiembre de 2008 la conformaron para desarrollar y construir software con nuevas tecnologías planteando soluciones efectivas e innovadoras.
Empezaron trabajando en el apartamento de uno de los socios y a su primer cliente del sector salud le desarrollaron un proyecto a la medida, para aplicarlo a diez unidades renales en todo lo que concierne a su gestión: administración clínica, resultados, farmacia, etc. Desde la acción, detectaron la evolución de las necesidades de su cliente no solo para fabricar el software, sino en los servicios asociados para incidir también en la ejecución de los planes de acción de cada nivel de la estrategia.
Para el año 2009 consiguieron su propia oficina. Ninguna empresa aseguradora les vendió el respectivo seguro de arrendamiento, pues no tenían cómo demostrar los ingresos requeridos y, para cerrar el negocio, tuvieron que pre pagar a su arrendador un año completo. Así, enfrentaron y superaron una de las primeras barreras como jóvenes empresarios. Luego llegaron otros clientes que fueron conseguidos gracias al voz a voz de aquellos con los que ya habían trabajado y estaban plenamente satisfechos.
Convirtieron en voceros a los creyentes de su servicio. Ofrecían un producto moderno bajo la gran consigna de trabajar en conjunto, atendiendo siempre las necesidades más sentidas para poder lograr desarrollos muy precisos. Poco a poco fueron ganando un espacio de reconocimiento en la industria de la tecnología y, hoy, sus servicios se centran en continuar haciendo software a la medida, además de consultoría y ejecución de proyectos y construcción de cloud computing, que les permiten a su vez, ofrecer productos de integración, desarrollos especiales para webs, pagos en línea, Apps móviles y machine learning, entre otros.
La evolución de esta compañía es la realidad que viven hoy muchos ‘millennials’ y que se traduce entre otros en la aplicación efectiva de nuevas prácticas empresariales, evolución de actitudes, innovación y una nueva cultura organizacional.
Con auto exigencia, autocrítica y flexibilidad analítica han logrado adaptarse en tiempo real a las nuevas exigencias de sus clientes para asumir nuevos caminos en la definición y ejecución de la estrategia empresarial. Así, por ejemplo, la estrategia corporativa les permitió entender el negocio en el que están para centrar la oferta en las satisfacción de las reales necesidades del cliente, que son objetivamente detectadas en un proceso de venta consultiva; la estrategia competitiva la han interpretado fielmente desde la diferenciación en los procesos y formas de satisfacer al mercado, generando internamente las capacidades organizacionales para agregar valor, al facilitar al comprador la forma de deducir y comprender sus exigencias, para finalmente ejecutar su quehacer con estrategias funcionales, centradas en “el cómo hacerlo”, con vínculos emocionales generados en la venta asesorada y la operación, todo para cumplir con las expectativas acordadas por sus diferentes públicos de interés. Esto último significa estar en la acción con la atención centrada en todos los detalles involucrados en sus relaciones.
Estos empresarios ‘millennials’, que hoy exportan sus productos a varios países de Latinoamérica, Centroamérica y Europa, son expresión del mejoramiento en las prácticas operativas y de dirección: un management más competitivo, reflejo de la disciplina y rutinas de trabajo validadas en el día a día, por la funcionalidad de sus servicios y el compromiso del equipo. Una cultura empresarial trasformada en la que el conocimiento es un ‘dado’, es prerrequisito para el desarrollo empresarial, lo que los diferencia son las actitudes y comportamientos.
Pese a las trabas que tuvieron al crear empresa, reconocen que siempre estuvieron dispuestos a redefinir la estrategia cuando se debía, a cumplir con los estándares de los procesos de su cadena de valor y a sacrificarse si así era necesario por sus clientes, su razón de ser. Hoy admiten que crecer duele, pero asienten que tienen todo para luchar por su futuro proyecto: la exportación de servicios a México y Estados Unidos.
Fuente: https://www.portafolio.co