El acceso a servicios financieros no solo es importante como una medida de equidad, además les permite a las personas mejorar su consumo. El acceso a servicios financieros no solo es importante como una medida de equidad, además les permite a las personas mejorar su consumo, planear sus gastos, ahorrar o endeudarse para montar sus propios negocios. Por ese motivo, los avances en inclusión financiera son trascendentales.
Mientras en 2006 51,1% de los adultos colombianos tenía acceso al menos a un producto de ahorro o de crédito, en junio de 2019 esa cifra ya era de 82,6%, lo que equivale a 28,6 millones de personas.
La mayor inclusión financiera es producto de un trabajo entre el Legislativo, con la promoción de leyes como la de pagos digitales; la Unidad de Regulación Financiera del Ministerio de Hacienda, que ha actualizado el marco institucional; la Banca de las Oportunidades, que es el ejecutor de la política; Finagro y Banco Agrario como entidades que irrigan recursos al campo.
Justamente es en las zonas rurales en donde se debe hacer el mayor esfuerzo, pues solo 60,7% de quienes viven allí tiene algún producto del sistema financiero.
Por regiones, Bogotá, Casanare y Santander registran los mayores indicadores de inclusión, con 89% de su población adulta. A su vez, los más relegados son Vichada, La Guajira, Chocó y Vaupés, con menos de 50%. Un tema para seguir trabajando y que se espera avance más con el Conpes que se prepara sobre educación e inclusión financiera.
Fuente: https://www.dinero.com