La pelea por la audiencia en los noticieros radiales de la mañana es de verdaderos titanes. |
En la misma semana que en Colombia solo se hablaba de paz, en el dial de la radio se desató la guerra. O mejor, comenzaron a salir a flote cambios que se venían gestando de tiempo atrás. La llegada de Blu, la emisora con la que el Grupo Santo Domingo regresa al negocio de las ondas sonoras, puso en alerta a las cadenas tradicionales, RCN y Caracol, y a programas de noticias como el de La W, de Julio Sánchez Cristo, y el de La FM, de Vicky Dávila.
A eso se sumó que el miércoles pasado Francisco Santos anunció con un twitter su retiro como director de RCN Radio, al mando de la cual estuvo dos años. "La organización Ardila tomó una decisión corporativa y por lo tanto estaré en RCN la radio hasta el próximo viernes", escribió Santos.
A primera vista pueden parecer cambios casi rutinarios: la entrada de un nuevo actor a la puja por los oyentes en el espacio de noticias de seis a doce del día. Néstor Morales que se hizo popular con Hora 20, quien será el director de Blu, y la salida de otro que había dado que hablar, Francisco Santos, que hizo historia por saltar de la Vicepresidencia de la República a la dirección de una cadena radial. Pero la realidad es que se están moviendo las placas tectónicas de los grupos económicos más poderosos del país alrededor del negocio de la radio.
La creación de Blu tiene que ver con el interés del Grupo Santo Domingo de completar la ficha que le faltaba en su conglomerado de medios: ya tiene a Caracol en televisión, a El Espectador en prensa escrita y a Cromos en revistas. Con la emisora redondea de nuevo el portafolio de medios que había descompletado hace ocho años cuando vendió Caracol Radio.
Hablar de una guerra por ahora puede ser apresurado. Blu apenas arranca con alcance en Bogotá y otras seis ciudades, tiene que competir con cadenas de una larga tradición en el país. Sin embargo, el hecho de que detrás de Blu esté el músculo del Grupo Santo Domingo y hayan puesto en la dirección a una persona con gran talento para la radio como Néstor Morales ha hecho que los demás se sacudan.
El Grupo Ardila, por ejemplo, a sabiendas de que Santo Domingo necesitaba comprar o arrendar una cadena ya existente para montar su emisora (porque licencias por ahora no se están concediendo) se le adelantó y arrendó siete frecuencias de Súper en sendas capitales y de esa manera le hizo más difícil este nuevo emprendimiento a su histórico rival. Para RCN, que ya tiene 12 cadenas, una más no le pone ni le quita, pero sí significaba cerrarle la puerta de las autopistas de la radio a Santo Domingo que por ahora se quedó con el espacio de Melodía. Conseguir emisoras en las ciudades, para poder encadenar, ha sido difícil pues cerca del 80 por ciento de ellas son de Caracol y RCN.
Con el mismo espíritu de prepararse para dar esta nueva batalla, RCN está en un proceso de reingeniería en la programación de su cadena radial. Además de la salida de Francisco Santos -tras la cual se espera que a la torre sonora llegue un peso pesado del periodismo-hicieron borrón y cuenta nueva en las franjas de la tarde. Para poner a funcionar el espacio de dos a cinco de la tarde, a partir del primero de octubre, llamaron otra vez a Guillermo Díaz Salamanca.
El otro gran protagonista de la radio es Caracol, que es el que marca la pauta en el horario de noticias de la mañana. Caracol no pertenece a ninguno de los grandes grupos económicos nacionales sino al grupo de medios Prisa. Sin embargo, mucho se ha especulado que dada la situación económica en España más temprano que tarde podría quedar en otras manos, incluso las del propio Grupo Santo Domingo.
Como Caracol, en la básica, con Darío Arizmendi, lidera la sintonía en la franja de noticias no pareció pellizcarse. Sin embargo, incorporó figuras como Darcy Quinn y al director del diario La República, Fernando Quijano, para los análisis económicos.
La W, de Julio Sánchez, que marca la pauta en la franja noticiosa en sectores influyentes del país también hizo ajustes. Reclutó a Claudia Palacio de CNN, para darle vuelo a informes especiales con personajes de Latinoamérica, y a Claudia Morales, para volver a darle fuerza a la investigación.
En cuanto a La FM, de Vicky Dávila, que viene en franco crecimiento, el movimiento más notorio es la salida obligada de su comentarista estrella Humberto de la Calle, quien fue nombrado por el presidente Juan Manuel Santos como el jefe de la mesa de negociación en los diálogos con las Farc.
Todos están organizando sus ejércitos para emprender lo que parece ser una nueva batalla en la radio, tal vez más estratégica. Y no es tanto por el negocio. En la contabilidad de los 'cacaos' las utilidades de la radio, aunque son buenas, no son la joya de la corona. En el caso del Grupo Ardila, por ejemplo, RCN Radio ocupa el noveno lugar de ingresos de sus empresas. Mientras las gaseosas dan poco más de 2 billones y los ingenios azucareros van del medio billón al billón de pesos, las 12 cadenas radiales reportaron en 2011 ingresos por 158.386 millones de pesos. Una cuarta parte de los ingresos de RCN Televisión.
¿Por qué entonces la guerra por el dial? La radio a diferencia del azúcar o las bebidas produce utilidades más allá de los libros. Sobre todo en Colombia. Por su gran penetración y por el hecho de que en la televisión ya no hay programas periodísticos en los mejores horarios, el espacio de la opinión se lo han ido ganando los programas radiales de noticias. Y de esa manera se convierten cada día más en un vehículo importante de influencia.
El caso de Francisco Santos tiene que ver con ello. No es común en otros países que un vicepresidente de la República salga del gobierno para asumir la dirección de un programa de radio. Pero para RCN podía ser una ganancia tener al frente a un personaje de su peso político y quien además había sido un periodista tan reconocido como Juan Gossaín. Pero con lo que tal vez no contaban era con la ruptura que se dio entre el gobierno actual del presidente Juan Manuel Santos y el anterior del presidente Álvaro Uribe, el cual Francisco Santos ha defendido a capa y espada. Esa tensa calma terminó por romperse luego de que Pacho reveló anticipadamente en la emisora los puntos del acuerdo entre las Farc y el gobierno.
El poder de la radio en Colombia es real. No en vano, la radio puso a los grupos económicos más poderosos del país a competir. El grupo Sarmiento también quiere incursionar, tal y como lo dejó claro el banquero Luis Carlos Sarmiento hace cinco meses luego de que finiquitó la compra de El Tiempo. Según pudo conocer SEMANA, Sarmiento hizo ya una oferta de compra a la cadena Todelar, sin embargo, parece que es difícil poner de acuerdo a los herederos de los hermanos Tobón de la Roche.
En el caso del Grupo Santo Domingo, lo que buscan es integrar todas sus plataformas: televisión (Canal Caracol), radio (Blu), prensa (El Espectador) y la página en internet para hacer sinergias y convergencias y sacarles más provecho a sus productos y sus estrategias de mercado.
No será extraño que en un futuro próximo se vayan consolidando poderosos conglomerados multimedia algo que hasta ahora no existía en Colombia.
Se refuerzan los equipos de la radio
•Uno de los más recientes movidas en la radio es el regreso de Guillermo Díaz Salamanca a RCN. A partir del primero de octubre dirigirá un nuevo espacio de dos a cinco de la tarde. Es posible que pronto se conozca también el nombre del remplazo de Francisco Santos.
•Néstor Morales se llevó para Blu a varios de los comentaristas del programa Hora20. Felipe Zuleta lo acompaña en la mesa, con Mabel Lara. Entre los comentaristas están Héctor Abad, Javier Hernández, Nicolás Uribe, Laura Gil, Marianne Ponsford y Eduardo Pizano.
•Caracol Radio reforzó sus líneas. Diana Calderón asumió la dirección de Hora20. Darcy Quinn yFernando Quijano, director de La República, son las nuevas voces en el espacio de noticias de la mañana.
•En La W, Julio Sánchez, amplió su equipo con dos reconocidas periodistas:
Claudia Morales y Claudia Palacio.