Asociación Nacional de Anunciantes de Colombia
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Bogotá, Colombia

HERNÁN ECHAVARRÍA OLÓZAGA

27 Junio, 2012
Don Hernán (Q. E. P. D. ) constituye un referente especial, producto de su labor y del espíritu que siempre lo acompañó.

Justamente hoy, cuando se cumplen 25 años de la fundación del Instituto de Ciencia Política,se hace propicio rendirle un homenaje a este empresario, visionario, economista, educador, hombre público y periodista.

Hernán Echavarría es un caso único en la historia empresarial colombiana.

El país ha tenido muchos empresarios, pero, indudablemente ‘don Hernán’ ocupa un lugar privilegiado y constituye un referente especial, producto de su labor y el espíritu que siempre lo acompañó. Su convicción y ejemplo deben servirnos hoy para unirnos en su nombre, con el único color político de la convicción de que es a cada uno de nosotros a quienes nos corresponde transformar el proceso de desarrollo de este país, mediante la defensa permanente de la transparencia y la construcción proactiva de un país democrático, viable y sostenible para todos.

Justamente hoy, cuando se cumplen 25 años de la fundación del Instituto de Ciencia Política (ICP), se hace propicio rendirle un homenaje a este empresario, visionario, economista, educador, hombre público y periodista, que dedicó más de sesenta años de su vida al servicio de Colombia.

Impulsó la creación de este Instituto en 1987, en su empeño por defender la democracia y la economía de mercado, y poner a pensar y debatir a la clase dirigente acerca de soluciones para los problemas políticos y económicos nacionales.

Es importante hacer claridad en que el éxito del sistema de libre empresa y mercado, para él, estaba sujeto a lo que menciona en su último libro como “capacidad efectiva y real”, que significa “el compromiso, la responsabilidad y la transparencia de cada uno de los actores frente a la necesidad de actuar consecuentemente y enfocados hacia la apropiación de la problemática pública, para poder sacar adelante un proyecto de Nación viable y posible para todos”.

Su principal línea de conducción fue la del compromiso con los grandes problemas nacionales y la defensa de los intereses generales del país.

La lista de inconvenientes en los cuales su compromiso afloró, ejerciendo desde la apropiación de los mismos mediante el emprendimiento directo, a través de su análisis y manifestación sobre el tema y mediante su apoyo decidido a la búsqueda de soluciones o alternativas directas de acción a través del emprendimiento de otros, es inmensa, pero podemos mencionar educación, salud, justicia, medio ambiente, creación de empresas, democracia y corrupción, como algunos principales.

La profesionalización de la gerencia en Colombia fue otro de los temas que desarrolló, promovió y apoyó sin tregua. Constante de preocupación y acción suya, con soluciones implementadas y resultados a diferentes niveles: la creación de entidades formales de educación en gerencia (Cesa, Eafit); la formación ejecutiva permanente (Incolda), hasta la promoción e inversión sin límites en la formación del desarrollo humano en sus empresas y el apoyo a proyectos de envergadura de primera línea en educación (U.de los Andes), así como la introducción y el reconocimiento a ejecutivos y gerentes, como determinantes del desarrollo empresarial.

Su intensidad por innovar y darle forma tangible a nuevos conceptos como el de ‘ejecutivos’, que aún no existía en el mundo empresarial colombiano; ‘gestión de calidad’; ‘participación ciudadana’, apenas la Constitución reconocía esta herramienta; ‘tejido social’, nadie todavía sabía cómo se construía sobre ello, y ‘responsabilidad empresarial’, con un alcance más amplio que el que damos hoy a este término en gestión organizacional.

Siempre se le escuchó clamando por la importancia de hacer productiva la tierra en Colombia. Convertir la tierra en un activo real de producción y no en una inversión en finca raíz era su caballito de batalla y de allí la importancia que daba a la fijación de un impuesto sobre este factor de producción.

Personaje excepcional por las lecciones y el ejemplo que nos dejó; su bajo perfil y voluntad sincera por aportar a las causas, nunca por aparecer como protagonista; su deseo permanente de indagar y aprender y de allí su pasión por los viajes y la lectura; su carácter férreo, franco, contundente y sin rodeos; su sencillez a la hora de transmitir conocimiento; coherente siempre entre lo que pensaba, decía y actuaba; su sentido de respeto y guía por cada uno de sus colaboradores; el cumplimiento a ultranza de sus compromisos; por encima, y antes que nada, un ser humano y ciudadano excepcional, que volcó todas las prerrogativas personales y financieras que la vida le brindó para apropiarse de la defensa del interés colectivo.

Terminaba el Gobierno del presidente Barco, y Hernán Echavarría encabezaba el movimiento a favor de la apertura económica para Colombia.

Había organizado y financiado viajes de empresarios y representantes del gobierno a Chile, cuando ejecutivos y directivos de su organización lo abordaron pidiéndole que no continuara ese proceso, alegando que ellos eran el monopolio cerámico del país y que, de lograrse la apertura, las empresas se pondrían en riesgo. Hernán les respondió de manera determinante, según reiteraron en su momento varios de ellos: “el problema de las empresas es de ustedes y por eso los hemos encargado de ellas, pero el problema del país es mío y este país no puede dejar de abrir sus fronteras si quiere sobrevivir en el largo plazo en un mundo globalizado con o sin nosotros. Ustedes se encargan de las empresas y yo de defender al país”.

Análisis  Martha Cecilia Bernal Uribe

Académica de la Universidad de los Andes .