Es una de las 15 profesionales que serán distinguidas el próximo 30 de mayo como Women to Watch Argentina 2016. A Rémoli, conocer casi todos los sectores del banco y entender las necesidades de los clientes le permitió, al llegar al área de marketing, contar con un conocimiento del cliente desde otro lugar. Aconseja que nunca hay que bajar los brazos y hay que estar atento a las oportunidades: “Todo se puede conseguir, es cuestión de proponérselo”.
Oriunda de Chivilcoy, cuenta que ama estar con su familia y viajar con ellos. Con 23 años de trayectoria en la industria bancaria, desarrolló gran parte de su carrera en áreas comerciales. Así, “escalón por escalón”, como ella dice, desarrolló campañas de marketing exitosas, como el diseño e implementación de la tarjeta Women, una tarjeta de crédito exclusiva para las mujeres. En HSBC llevó a cabo la estrategia y, apoyándose en el diseño y la moda y el polo como deporte, creó Mundo Epicúreo, para dar valor a una propuesta gastronómica diferente en el segmentopremier.
―Este último tiempo hay un nuevo paradigma del consumidor: ¿cómo convive con la nueva forma de hacer marketing, la forma de la segmentación?
―Conociéndolo. No veo otra forma de hacer marketing. Siempre digo que los errores se cometen muchas veces desde lo básico y los éxitos se construyen desde el sentido común. Para mí, un origen de posibles errores es trabajar exclusivamente en oficinas: mucha gente tiene su estilo de trabajar, complementándose con sus reaserchers, pero yo creo que si vos no estás en la calle, con la gente, no podés plasmar la realidad. Yo trato de no hacer un marketing de escritorio. De ese modo sé lo que quiere la gente: si quiero hacer algo distinto, primero me empapo en el tema, con quién va a ser mi consumidor. Para mí no existe nada mejor que el termómetro que te da la calle. Tenemos un programa gastronómico muy exitoso, Mundo Epicúreo: si yo no fuese a comer a los lugares que son parte de este programa, si no hablara con los chefs, o con los clientes de una mesa y no les preguntara qué les gusta y que no, no podría construirlo. No puedo estar en mi escritorio con un PowerPoint viendo si puede funcionar mejor un plato de un restaurante. En la feria Masticar estoy metida todo el día y hablo con la gente, les consulto qué les gusta y qué no.
―Además de estos programas, ¿qué objetivos y estrategias tienen fijadas para este año?
―Como banco tenemos segmentadas las carteras, pero todos los clientes son valiosos y cada uno tiene una necesidad. Tratamos de apuntar a todos los públicos y darles propuestas de valor para todos. Masticar es un ejemplo de segmentación: es una feria masiva, donde pasan en cuatro días 140 mil personas. Nosotros pensamos en los premiers, que tengan su entrada sin hacer cola y un vip; o que los otros clientes tengan descuentos en las entradas, cajas exclusivas y acceso prioritario. Año tras año vamos perfeccionando eso, en tanto vemos las necesidades, y lo vamos modificando. Para nosotros es muy importante la gastronomía, porque de acuerdo a unos estudios que hicimos en este último tiempo, la gente está yendo más a comer. Con Masticar lo hicimos hace cuatro años sin que fuera el boom que es hoy esto de salir a comer, porque no hay nada más lindo que comer y compartir para nosotros los argentinos. Yo creo que todo pasa alrededor de una mesa con amigos, una rica comida o un asado con la familia: en cualquier reunión, siempre está la comida en el medio.
―¿Tienen influencers?
―Trato de hacer un marketing genuino en que nada es forzado, que cuenten lo que nosotros contamos. Así, si hago algo con chefs, que lo cuenten ellos. Que sea genuino: yo no le voy a pagar a alguien para que lo haga.
―¿Qué significa ser distinguida como Women to Watch?
―Me sorprendió. Yo no trabajo para las distinciones. No suelo hacer marketing personal, pero siempre es lindo que te reconozcan. Cuando se dio a conocer, me hizo más feliz toda la gente me felicitó: ¡me llamó gente que hacía años no veía! Lo lindo es que reconozca el trabajo toda la gente que fui conociendo en el camino, gente que fue trabajando conmigo (de mi trabajo anterior, jefes, gerentes). Y que se pongan contentos es muy gratificante.
―Estuvo dieciocho años trabajando en el Citi. ¿Cumplió sus objetivos?
―Empecé enseñándoles a los clientes a utilizar los cajeros automáticos: era promotora ―lo llamaban azafata en su momento― y estudiaba diseño gráfico, y lo hice para ganarme algo de plata para irme de vacaciones con una amiga. Y una vez que entré en el mundo del banco fue como que me despertó algo que nunca había pensado: nunca se me había ocurrido que lo mío pudiera ser eso. Y dije “quiero trabajar y aprender acá”. Y quedé: fui pasando, siempre por áreas comerciales, durante quince años, escalón por escalón, sin saltearme ninguno, creciendo paso a paso. Creo que conocer casi todos los sectores del banco y entender las necesidades de los clientes, por estar tan cerca de ellos todos los días, fue lo que me permitió, el día que me ofrecieron manejar el marketing, conocer al cliente desde otro lugar, eso puede llegar a ser un diferencial en el trabajo que hago hoy.
―Implementó el proyecto de una tarjeta exclusiva para mujeres, Citi Woman. ¿Cómo detectó esa necesidad?
―La detectó el presidente del banco, que empezó a ver que había una necesidad de las mujeres y que los bancos empezaban a hacer cosas por las mujeres. Nos pusimos a pensar, con un equipo de trabajo, para ver que se tenía que hacer: yo no me quería apoyar en descuentos, me quería apoyar en algo que nos identificara. Mucho del marketing que hice o hago surge de pensar en lo que me gusta a mi o a la gente que me rodea. ¡O a los clientes que escucho! Soy una persona de calle, todo el día estoy viendo qué pasa y tratando de plasmar eso en el marketing que hago. Y lo que me pasó fue percibir que nos gusta identificarnos entre nosotras, y la consecuencia lógica era sacar una tarjeta que fuera solo de la mujer. Cuando “Women” salió al mercado, antes de tener los plásticos, ¡ya teníamos una lista de tres mil mujeres que la querían! En ese momento nos sirvió mucho la revista Para Ti: como banco, presentar una tarjeta para la mujer era raro, y qué mejor a que les hable Para Ti, que en aquel momento estaba cumpliendo 90 años. El primer modelo del plástico salió en Para Ti Colecciones y fue un boom desde el primer momento. Mucho fue idea creativa de una persona que trabajaba en mi equipo, que hoy sigue trabajando en marketing en Citi: mucho del diseño y el nombre lo trabajamos con ella y fue un éxito.
―¿Qué cree acerca del marketing digital y el tradicional? ¿Hoy se fusionan, hay formas que se seguirán usando?
―Creo que cambió muchísimo: es una época de transición en que hay un marketing tradicional de contar lo que hacemos y tenemos que aggiornarlo con las nuevas. Pero todavía no está todomigrado: yo creo que en unos años todo ese marketing tradicional se va a diluir, pero no creo que muera: se va a diluir el papel. Hoy me gusta leer el papel y a un montón de gente también. Hoy conviven.
―¿Qué aconsejaría a alguien que empieza hoy esta carrera profesional?
―Estar siempre listo y no bajar nunca los brazos. Me fue mucho mejor de lo que alguna vez soñé y cumplí todos mis objetivos. Vengo de un pueblo, de Chivilcoy: mi primer sueño era vivir en Buenos Aires. A partir de ahí todos eran sueños. Siempre trabajé mucho y trabajo, y tuve suerte de estar siempre preparada para cada puesto, por si renunciaba alguien. En una carrera tan larga una tiene que tener objetivos muy claros y hacer esfuerzos muy grandes. Te vas a frustrar mil veces, pero no podés bajar los brazos, porque donde los bajaste, perdiste la oportunidad. Todo se puede conseguir, es cuestión de proponérselo.
FUENTE: marketersbyadlatina.com