Mejorar el branding, proteger la reputación, extender las relaciones públicas y construir una comunidad son algunos de los objetivos principales de las campañas digitales.
La pauta en las redes es uno de los campos que más se ha desarrollado en el último tiempo, ya que permite una segmentación precisa de las audiencias a las que las empresas pretenden llegar.
Ante esta situación, IAB México presentó una guía de las buenas prácticas en las compra de medios sociales. El objetivo de la promoción de estas acciones es educar a las agencias y a los clientes para que conozcan y se informen acerca de las estrategias convenientes para este trabajo.
En primera instancia, se definieron cuáles deben ser los fines de una compañía cuando realiza publicidad digital: mejorar el branding y el conocimiento de marca, proteger la reputación, extender las relaciones públicas, construir comunidad y lealtad a la firma, extender el servicio al cliente, facilitar la investigación y el desarrollo y aumentar las ventas.
Por otro lado, es importante establecer indicadores claves del rendimiento (KPIs). Estas métricas deben ayudar a medir el progreso hacia la consecución de las metas planteadas, permitir tomar decisiones fácilmente y generar acciones en las campañas. Para lograrlo, tendrán que ser específicas, alcanzables, relevantes y analizadas en un rango determinado de tiempo.
A la hora de planificar, un aspecto a tener en cuenta es la inversión. La misma se decide de acuerdo a los siguientes factores: el dinero promedio que gastan los competidores, los medios o puntos de contacto involucrados y las principales audiencias que sean acordes a los objetivos de la estrategia. Asimismo, el otro factor preponderante es el conocimiento de las agencias en relación a las habilidades de los miembros de sus equipos para la asignación de tareas.
IAB México también detalla los modelos más comunes que pueden aparecer en un plan de medios. Entre estos se encuentra el formato fijo (por día u hora), relacionado a eventos específicos. Otro que aparece es el patrocinio, en el cual se obtienen secciones con exclusividad o compartidas con otros anunciantes, dependiendo del nivel de compra.
Luego, se mencionan tres tipos de costos: por millar, por clic y por adquisición. En el CPM se paga por impresiones que son colocadas en diversos formatos para ser visualizadas por el público apuntado. Mientras que en el CPC se abona sólo cuando el usuario ingresa al anuncio. En tanto, con el CPA, el gasto se efectúa cuando el internauta genera una conversión.
Por último, el informe destaca el valor del cociente entre el retorno y la inversión (ROI), ya que éste permite comparar el beneficio o la utilidad obtenida en relación al dinero que egresa. Si el resultado es cero, significa una ganancia equivalente a los gastos.