Aída Perilla es trabajadora social. A pesar de su juventud (tiene 24 años) ya desarrolló un programa de huertas urbanas en dos barrios de Bogotá, a través del cual ha logrado generar lazos entre las comunidades y contribuir a la seguridad alimentaria de las familias participantes. Pablo Calderón (27) y Cristhian Verdugo (24) son ingenieros industriales. El primero montó hace un año una planta piloto en Funza para producir combustibles a partir de plástico. El segundo, fundó Deberde, una empresa que hace responsabilidad social empresarial enfocada en temas ambientales.
Los lazos que los unen son su liderazgo, su juventud, las ganas de mejorar el mundo en el que viven y el haber sido ganadores del Programa de Innovadores Sociales Juveniles de Bayer, un concurso que reconoce iniciativas de jóvenes destinadas a mejorar la calidad de vida a través de proyectos de agro y de salud.
“Creemos que el futuro del mundo está en las generaciones futuras. Por eso nos unimos a una iniciativa global de apoyo a los jóvenes, entre 18 y 26 años, para impulsar iniciativas relacionadas con ciencia y calidad de vida, porque el corazón y la misión de la compañía, es la ciencia para una vida mejor”, explica Ana Jaramillo, directora de Responsabilidad Social Empresarial deBayer.
El programa, que tiene abiertas inscripciones hasta finales de agosto (www.byci.bayer.com), se inició hace 12 años con el objetivo de reconocer a los líderes jóvenes que trabajaban en pro del medio ambiente. Pero desde el año pasado decidieron ampliarlo a todas las ideas, proyectos e iniciativas que busquen mejorar la calidad de vida tanto en ciencias sociales y de la salud, como en agro, ambiente y ciencias naturales.
Aunque la promesa del concurso es entregar a los ganadores recursos para ser invertidos en el desarrollo del proyecto, los participantes están de acuerdo en que la ayuda va más allá del reconocimiento económico. Pablo Calderón, por ejemplo, agradece la exposición mediática y la visibilización que obtuvo. Cristhian Verdugo resalta el acceso a la red de ganadores y finalistas del concurso, porque ha recibido apoyo de ella en ideas y colaboración para poder escalar su proyecto. Aída Perilla, por su parte, destaca el apoyo técnico que han recibido de Bayer cuando lo han necesitado.
Precisamente, mantener los vínculos con los participantes ha sido uno de los objetivos de Bayer desde el inicio del concurso, y un área en la cual han tenido grandes aprendizajes a lo largo de los años. “Les enseñamos lentamente que para salir al ecosistema de emprendimiento e innovación tienen que abrirse porque ellos solos no pueden trabajar. Hemos trabajado conColombia Joven. CAEM de la Cámara de Comercio, la red REUNE, Ventures, Opepa, Escuela de Liderazgo Origen y este año con Ruta N así como diferentes organizaciones y nos hemos dado cuenta que los jóvenes tienen que aprender a asociarse, por eso hemos incentivado los espacios de comunicación donde encuentran pares para trabajar en red”, explica Ana Jaramillo. Sin embargo, la red la manejan los jóvenes, no Bayer. “Al principio nosotros los buscábamos, y muchas veces no llegaban. Ahora, les damos espacios para que se integren, y esperamos a que sean ellos los que nos pidan cosas. Así la integración es más fluida”, puntualiza.
Además, Ana aprovecha sus viajes a distintas ciudades para ponerse en contacto con los jóvenes, así como las fechas importantes del concurso para reunir a ganadores y finalistas de las distintas promociones.
Los principales aliados de Bayer en esta iniciativa son las universidades y los centros de emprendimiento, a través de los cuales difunden la convocatoria. Desde mayo de este año se han inscrito 180 proyectos, una cifra que debe aumentar si se tiene en cuenta que las inscripciones se cierran en agosto.