El aluminio es un metal muy versátil, que sirve para fabricar desde latas de bebidas o de desodorantes, hasta vehículos y aviones. Y, lo mejor de todo, es que se puede reciclar infinidad de veces, lo que reduce en un 95% la contaminación y contribuye a la menor utilización de energía eléctrica en comparación con el procesado a partir de la bauxita, materia prima para su elaboración.
El problema con el aluminio es que normalmente termina en los rellenos sanitarios, donde dura como mínimo 10 años para degradarse, porque no existe un programa que estimule el reciclaje de este metal.
De ahí la importancia del plan piloto de recuperación de latas que lanzó Unilever en agosto de 2015 en alianza con Almacenes Éxito, a través del cual la empresa dispuso en Bogotá puntos de recolección de los envases de sus desodorantes AXE, Dove, Rexona, Impulse y Efficient. Con “Reciclando a la lata”, se estimula al consumidor a participar al darle $1.000 por cada lata de estas marcas que entregue, los cuales se utilizan para la compra de un nuevo desodorante.
La compañía es consciente de la responsabilidad que tienen los fabricantes de asegurar el consumo responsable de los recursos naturales que usan en sus productos. De ahí que se preocupe por la disposición final y reutilización de sus empaques- “Unilever quiere mantenerse a la vanguardia de esta nueva ideología asegurando atraer ese mercado de personas cada vez más conscientes de su impacto al medio ambiente”, señala Federico Mejía, Gerente de marca Rexona.
Como uno de los motores de la compañía en los últimos años ha sido la categoría de desodorantes, donde el aerosol es el aplicador más relevante en el mercado, la empresa decidió enfocar su programa en este producto, dado que uno de los principales componentes del envase de aerosol es el aluminio.
De esta forma, responden a uno de los tres pilares de su Plan de Vida Sostenible: reducir la huella ambiental. “Queremos tener un impacto positivo en el medio ambiente y en las personas que acompañan a Unilever en esta visión para invitarlos a usar nuestros productos”, señala Mejía.
A finales de 2015 se habían recogido más de 1.000 latas de varios fabricantes en los puntos de recolección de Almacenes Éxito, una cifra que se espera que aumente significativamente con la activación que se inició en diferentes universidades de Bogotá.
El objetivo de “Reciclando a la lata” es llevar el programa a otras ciudades del país, plan de expansión que se definirá dependiendo del resultado del plan piloto. Pero tal vez el mayor impacto de este programa esté en el llamado a los demás fabricantes que utilizan aluminio en sus empaques, para que se sumen a esta iniciativa y se masifique el reciclaje de este metal en el país, para que en lugar de terminar en los rellenos sanitarios durante 10 años esperando a degradarse, sea utilizado en la fabricación de múltiples objetos y se proteja el medio ambiente.