El 18 de agosto de 1995, Luz Mary Guerrero creó la Fundación Mujeres de Éxito, una organización no gubernamental de desarrollo que se ha enfocado en descubrir mujeres de éxito y apoyar e inspirar a quienes quieran ser lideresas del Siglo XXI.
Desde entonces, la Fundación ha sido uno de los canales a través de los cuales Servientrega ha desarrollado su estrategia de responsabilidad social en torno a la mujer, un tema que está en el ADN de Luz Mary Guerrero, presidenta de la compañía, quien creó la fundación en honor de su madre, doña Rosa Helena Hernández de Guerrero.
A través del diseño, desarrollo e implementación de programas y proyectos, la Fundación ha logrado empoderar y fortalecer las capacidades de las mujeres emprendedoras del país, en particular de los sectores vulnerables.
Para esto, se ha enfocado en programas que están orientados en tres áreas de direccionamiento: proyectos especiales, centro de desarrollo empresarial y talento de éxito.
En este último direccionamiento se destaca uno de los programas que le han dado mayor reconocimiento a la Fundación: el Premio Mujeres de Éxito, que nació en el año 2000, con el objetivo de reconocer a las mujeres colombianas que por su vocación de servicio, iniciativa, constancia, crecimiento profesional, esfuerzo y autenticidad, han aportado al desarrollo integral del país.
El premio exalta a las mujeres que se destacan en 10 categorías: política, económica-empresarial, social-comunitaria, ciencia y tecnología, educativa, artística-cultural, deportiva, colombianas en el exterior, emprendimientos rurales y mujeres en la fuerza pública.
Como preámbulo a su sexta edición, cuyo lanzamiento y convocatoria se realizará al finalizar el segundo semestre del año en curso, se han programado diferentes foros en las distintas categorías que reconoce el premio, como Empresarial, Educativa, Arte y Cultura, entre otras.
Con este reconocimiento, la Fundación Mujeres de Éxito ha logrado visibilizar el trabajo silencioso de muchas mujeres que se destacan en sus labores y tienen un impacto directo sobre sus comunidades. Al sacarlas del anonimato las empoderan y, con su ejemplo, inspiran a las demás lideresas.