La ANDA entrevistó al CEO de Mccann Erickson Colombia para conocer el proceso creativo y estratégico de la campaña de “El Balígrafo”, ganadora de un Effie Oro en Colombia para la categoría de bajo presupuesto en el 2016 y ganadora de 3 premios Effie Latam.
¿Cómo surgió la idea de El Balígrafo?
La idea de El Balígrafo responde un brief muy específico del Ministerio de Educación. Nos pidieron algo que pudiera hacerle honor a un hecho que no se había dado en los últimos 60 años en el gobierno. El 2016 fue el segundo año consecutivo en que el Ministerio de Educación recibió más asignación presupuestal del Gobierno Nacional que el Ministerio de Defensa. Esto en un país que lleva más de 60 años en guerra, era sin duda, un hito que valía la pena resaltar y conmemorar. Fue así que decidimos crear un símbolo, pero un símbolo que no fuera estático, un símbolo que tuviera la capacidad de hacer lo que hace la educación: transformar, cambiar, mejorar. Generar un símbolo que fuera capaz de multiplicarse, de transformarse. De crear, construir y estimular la imaginación.
Fue así que nació un símbolo que crea de acuerdo a las manos en las que esté. Que imagina con la imaginación de las personas. Que plasma el futuro que queremos. Y en esa medida no hay obra pequeña, no hay escrito menor.
¿Cuál fue el reto más difícil?
Siempre tuvimos la visión de que El Balígrafo fuera construido con material usado en la guerra, y en principio eso ya era un reto gigantesco. Recolectar vainillas punto cincuenta, usadas en diferentes armas de guerra, no es una tarea fácil. Así que la recolección era el primer obstáculo. Ahora, la mayoría de estas vainillas quedan muy maltrechas después de ser disparadas, por lo cual representaba otra dificultad. Pero en realidad lo que siempre es más difícil es que los medios lo adopten, que las plumas que queríamos, se sumarán a la iniciativa. Y que el mensaje de que la educación es la única y verdadera forma de transformarnos como país y como sociedad calara en la gente.
¿Cuáles fueron los resultados de la campaña y cómo demostraron su efectividad?
El Balígrafo se lanzó oficialmente por, en su momento, la Ministra Gina Parody en el Hay Festival 2016. Inmediatamente los medios lo adoptaron como propio. Tuvo un cubrimiento inmenso. Se volvió un símbolo del Ministerio y todo el que lo veía quería tener uno.
Pasó de ser un objeto a un símbolo de la noche a la mañana. Y grandes “plumas” escribieron con las ideas de cómo se imaginaban el futuro con más y mejor educación. Cuando se anuncia en La Habana la culminación del acuerdo, el Presidente le obsequió al máximo jefe de Las FARC un Balígrafo mientras le leía las palabras que escribimos para ser grabadas en el: las balas marcaron nuestro pasado la educación escribirá nuestro futuro. Esa imagen le dio la vuelta al mundo, esas palabras llegaron a millones y millones de personas, como una expresión de lo que Colombia y los colombianos quieren para el futuro de nuestro país. Creo que no hay mejor indicador de efectividad que ese.
¿Qué opina de los premios Effie? ¿Por qué son importantes tanto para agencias como para anunciantes?
Los premios Effie, sin duda, se han convertido en uno de los indicadores más importantes de la industria. Son un premio que los anunciantes y las agencias valoran por igual. Su evaluación es una mezcla muy sana entre creatividad, estrategia y efectividad. No solo sirven para medirnos, sino para exigirnos a buscar siempre un nivel mejor, y para reconocer la importancia que tiene el trabajo que hacemos en el desempeño de los negocios de nuestros clientes.
En el mes de septiembre se realizó la primera edición de los Effie Latam en Cartagena, ¿Cuál fue la gran lección de estos premios?
Sin creatividad no hay efectividad.