John Karakatsianis, director de Ciudadanía Corporativa de Avianca, lleva más de 18 años estudiando y trabajando temas de gestión sostenible. Habló con la ANDA sobre cómo promover programas de ciudadanía sostenible dentro de las organizaciones y apoyar iniciativas como el Círculo de Montevideo.
Usted es gerente de ciudadanía corporativa de Avianca. ¿Por qué es importante que las compañías empiecen a incentivar y apoyar más sus departamentos de responsabilidad social?
John Karakatsianis: El tema de la responsabilidad social y la sostenibilidad llegó demasiado tarde a Colombia. Llevamos 20 años perdidos y creo que es un tema que ya hay que afrontarlo en las escuelas de negocios, en los gremios, en las empresas. No es posible que sigamos formando gerentes, directores y ejecutivos que continúen preguntándose cómo se le devuelve el valor ambiental o el social al valor financiero. Ya no estamos en eso. Eso pasó hace 20 años y ahora estamos atrasados con la agenda de desarrollo sostenible. La clave está en que empecemos a comprender que las organizaciones estamos para servirle a todo el ser humano como sea. Tenemos que pensar que el cliente debe tener la mejor experiencia y esa experiencia solo es posible con una fusión perfecta de dos cosas: el mejor talento humano y la mejor tecnología. Todo lo que haga Avianca tiene que ir por ese lado.
¿Qué significa la Ciudadanía Corporativa?
J.K.: Cuando llegué a Avianca a trabajar en estos temas ya tenían pensado el nombre Ciudadanía Corporativa. A mí me encantó porque la “ciudadanía corporativa” nació realmente en el 76, eso está en la declaración de empresas multinacionales. Lo importante es que esa declaración de la OCDE dice que las empresas internacionales influyen demasiado en la vida de las personas: por su impacto, porque a veces son más grandes que las economías locales donde operan y por esa razón deben comportarse como un excelente ciudadano. Entonces, de lo que estamos hablando es de la conducta de una organización frente a todo ser humano. Los stakeholders tenemos que entender que si no generamos valor social y valor ambiental, claramente no vamos a generar valor financiero.
Encontramos un modelo de liderazgo de Avianca. Se llama “liderazgo humanamente efectivo”. Lo que queremos promover con esto es que el liderazgo sea un equilibrio entre: ser, primero que todo, un excelente ser humano altamente efectivo. Y, en segundo lugar, entender que para ser altamente efectivo y para tener equipos de alto desempeño, debemos tener la capacidad de enamorar al equipo y hacer que a tu equipo se le olvide la frontera de cuándo está trabajando y cuándo está realizando su vocación. Que todo el tiempo esté pensando en la empresa, que la lleve en el alma.
En ese sentido, ¿Cuál es la estrategia de ciudadanía corporativa a la que le está apostando Avianca?
J.K.: A partir de todo esto armamos una estrategia, que en realidad es muy sencilla. Concentramos todas las ideas y definimos un propósito superior de la corporación y encontramos que este era construir ciudadanía, era ver cómo hacemos para contribuir a construir mejor ciudadanía en la región, lo cual hará que esta agenda de desarrollo sostenible sea posible. Avianca quiere ser una empresa ciudadana, que es sostenible, rentable y que, por supuesto, es responsable. Tenemos que ser buenos ciudadanos; ser y trabajar el ser. Así, somos también un agente de transformación para la ciudad y le procuramos sostenibilidad. De ese modo nació también el concepto del “ciudadano Avianca”. Las 20 mil almas que trabajamos en la compañía estamos alineados con estos objetivos y con el concepto.
¿Por qué crees que las compañías tienen que impulsar este tipo de estrategias?
J.K.: Porque desaparecen si no lo hacen. La gente está cansada de no encontrarle propósito a las organizaciones, entonces, no podemos seguir comunicando de la manera en que lo hacemos. Desde nuestra visión, una empresa ciudadana debe apoyar una reflexión como la que se va a dar en este encuentro . Todos estos líderes y gente reflexionando sobre la certidumbre de la incertidumbre, que no es incertidumbre, que simplemente está pasando este cambio. Si no hay ciudadanía no va a haber democracia, ni libertad. Creo que todos esos temas están en la agenda y por eso es importante abordarlos.
Uno de esos proyectos que están apoyando es el Círculo de Montevideo, ¿qué importancia tiene involucrarse en este tipo de eventos intelectuales? ¿Cuál es el valor que le ven a estos encuentros?
J.K.: El círculo de Montevideo es una iniciativa de ciudadanía. Es importantísimo contar con espacios como este, en donde encontramos ciudadanos preocupados por la democracia, que quieren construir caminos concretos, pero que no sean diferentes; que estén alineados a la ruta con el fin de lograr los objetivos de desarrollo sostenible. Esperamos que este evento dé herramientas concretas para que la región, que traiga una propuesta de valor al mundo en el marco de los ODS y que lo construyamos los privados, públicos y sociedad civil, alineados con ese propósito. Si lográramos eso, yo creería que se despeja la incertidumbre.