Proyectos residenciales con amplios espacios verdes y todos los servicios que ofrece una ciudad son la apuesta de constructoras como Amarilo para impulsar la reactivación y mejorar la calidad de vida de las zonas urbanas.
Las grandes obras públicas, la construcción de vías y los proyectos de vivienda no perdieron su fuerza a pesar de la emergencia generada por el coronavirus. Gracias al compromiso de los sectores público y privado, hoy se adelantan unos 1.000 proyectos que superan los 30 billones de pesos, según la Cámara Colombiana de la Infraestructura.
Sin embargo, el sector no está exento de retos y entre los principales está el de contribuir a disminuir el déficit de vivienda y mejorar con proyectos sostenibles la calidad de vida en las ciudades. Justamente en estos desafíos la constructora Amarilo se ha posicionado como un referente gracias a sus megaproyectos urbanísticos. En ciudades como Barranquilla, por ejemplo, Amarilo participa con el desarrollo urbanístico de una de las apuestas más ambiciosas de la costa Atlántica: Alameda del Río, con 183 hectáreas entre viviendas y espacio público para 24.000 familias que disfrutarán del modelo de Ciudad dentro de la Ciudad.
Con un avance del ciento por ciento en las obras de la primera etapa, este proyecto ha generado 2.500 empleos directos y 7.500 indirectos. Adicionalmente, cuenta con una innovadora estrategia de compensación ambiental, basada en el saneamiento predial de 62 hectáreas de bosque seco tropical en el departamento del Atlántico. A todo lo anterior se suman los 15.000 árboles de especies nativas de la región que se tiene contemplado sembrar. Esta propuesta tiene un impacto económico, social y ambiental muy positivo que contribuye no solo a los objetivos propios del sector, sino a la reactivación y al compromiso nacional de conservación ambiental. Roberto Moreno, presidente de Amarilo, explica que el modelo de Ciudad dentro de la Ciudad “se trata de entornos urbanos sostenibles, seguros e inclusivos, donde las familias encuentran un acceso integral a todo lo necesario para disfrutar la vida como viviendas, comercio, entretenimiento, parques, senderos peatonales, ciclorrutas, servicios de salud y educación”.
Amarilo decidió llevar este concepto a Cartagena, Villavicencio, Bogotá y sus municipios aledaños. Para el desarrollo de estos proyectos urbanísticos Amarilo implementó el Programa de Acompañamiento Social (PAS), para fomentar la creación de vínculos, sana convivencia y bienestar de la comunidad. “Los grandes desarrollos aportan a la construcción de ciudades y comunidades sostenibles, a través de un desarrollo integral del territorio que permite fortalecer el tejido social, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, cuidar el entorno, generar progreso en el país y cumplir los sueños de los colombianos de tener su vivienda propia”, concluye Moreno.