Operación Global - La compañía organiza unas jornadas internas sobre innovación en las que habla de la convergencia entre genética y alimentación, y analiza un futuro con cultivos en vertical sin tierra y métodos de producción sin fertilizantes.
Es tanto el alcance de las nuevas tecnologías, la digitalización y, en definitiva, los cambios en la industria moderna, que éstos ya inciden incluso en la cadena de valor de la alimentación. Por lo menos, ese fue el parámetro bajo el cual organizó Nestlé la Food Tech Week. Unas jornadas a nivel interno para plantear los retos que se abren en este campo, y empezar a estudiar y mover las posibles soluciones.
Entre los expertos que se pusieron ante la plantilla de la compañía de alimentación estuvo Umahro Cadoga, reconocido experto en alimentación funcional que habló de la convergencia entre genética y alimentación. Algo que, insinúa el jefe de innovación y market intelligence de Nestlé, Jesús Alonso, su compañía podría aprovechar para escalar en el terreno de la alimentación personalizada.
Lo primero, sin embargo, era sentar el contexto. Un entorno dividido en áreas, cuyos retos son cada cual, más complejo. La masterclass a INNOVADORES viene a cargo del mismo Alonso.
Éste habla del campo, y de cómo la tecnología va a hacer posible tener alimentos frescos suficientes para todo el mundo con métodos de producción sin fertilizantes, de agricultura vertical, sin uso de tierras e incluso con productos elaborados en el propio supermercado. Habla de canales de contacto que antes pasaban por un proveedor y que hoy están abiertos a multiplicidad de canales distintos, así como de consumidores que pasan a convertirse en plataformas. Algo que revolucionará la compra.
De Internet de las Cosas que transformará la forma de cocinar y de consumir -neveras inteligentes que hacen la compra, impresoras 3D de alimentos, encimeras electrónicas...-. De la aparición de nuevos alimentos que suplen la disminución del consumo de proteínas por el auge de perfiles vegetarianos y veganos. Y, como último elemento de la cadena de valor de la alimentación, del cuerpo. De que la Singularity University se plantea alargar la vida humana y de cómo la alimentación y la inminente fácil accesibilidad a los análisis de ADN van a alinearse con tal objetivo.
De hecho, aunque todo lo relacionado con el análisis genómico parezca cosa exclusiva de la salud, resulta que también abre un sinfín de posibilidades en el mundo de la alimentación. «Esto permite saber la comida que necesitas a partir de la información que ofrece tu ADN y, con ello, poder desarrollar planes alimenticios personalizados», comparte Jesús Alonso. Algo que, en combinación con el big data, podría llevarse al máximo exponente. «Poder tener acceso a plataformas de información de tan gran número de consumidores, permite que podamos hacer un plan específico para un cliente con unas necesidades físicas concretas y afición a un deporte en particular», cuenta.
Parte de la semana de reflexión en torno a este ámbito que organizó Nestlé estuvo, en este sentido, dedicada a hallar soluciones tangibles para ésta y otras cuestiones. Y, aunque Jesús Alonso no quiere desvelar demasiado, se despide de la conversación con una pista: la alimentación personalizada -y más importante, si cabe, el modelo de negocio alrededor de la misma- no es algo tan descabellado ni está tan lejos.
«Si tuviéramos la información de ADN de una persona, se le podría desarrollar un plan alimenticio o menús que incluyeran los productos de Nestlé», concluye Alonso. «Tenemos una base de datos con dos millones de consumidores con los que tenemos programas de márketing relacional, a los que ya mandamos información nutricional y recetas personalizadas». En definitiva, alimentación, tecnología y cambio. Mucho cambio.
En tiempo real
La Nestlé Food Tech Week organizó workshops con el objetivo de que, fruto de lo aprendido, surgieran ideas innovadoras que pudieran aplicarse en los diferentes negocios. Los asistentes trabajaron con técnicas de design thinking para identificar las necesidades de los consumidores y la mejor manera de satisfacerlas de forma viable tecnológica y comercialmente, así como plataformas que, en tiempo real, testaba la opinión y el valor añadido que éstas aportaban a los consumidores.
Fuente: http://www.elmundo.es