El director de análisis de Luquire explica por qué las campañas creativas se nutren de los datos, incluso, desde su conceptualización. Derriba el mito de que se utilizan únicamente como formas de medida de éxito y levanta las banderas de que también es necesario medir el fracaso, para convertirlo en activos futuros. Además, afirma que una marca necesita hablar el idioma de su consumidor y no al revés, y que esto se extrae del vínculo entre creatividad y datos.