Edward Pilkington afirma que las habilidades que debió adquirir un CMO en el último tiempo luego le sirven para ser director general. En el último tiempo ha ido creciendo la cantidad de ejecutivos que pasan de ser marketers a CEOs o directores generales en sus empresas. Esta tendencia puede tener diversas explicaciones. Edward Pilkington, director de mercadeo e innovación para Europa en Diageo, justifica este hecho en el impacto que logra un líder de mercadotecnia en el negocio y en las aptitudes que posee.
En declaraciones al portal británico Marketing Week, el profesional describió a su área como el corazón de la compañía, ya que es la que provoca el desarrollo de la misma y sus acciones atraviesan a toda la organización.
“Hoy, los gerentes de marca son sus gerentes generales –manifestó–. Ellos son los que forman la estrategia y generan su crecimiento. Por eso, los equipos de este sector están estructurados de una forma diferente que hace cinco años”.
Los cambios en la industria y la introducción de más especialidades para trabajar, le han enseñado a Pilkington nuevas habilidades. “Yo no podría afirmar que soy un experto en data, por ejemplo. Pero tengo más idea que hace un tiempo sobre en qué consiste una estrategia de este tipo”, admitió.
Asimismo, esta posibilidad de adquirir una gran cantidad de aptitudes comerciales y cualidades de liderazgo fue lo que atrajo al marketing a Nicholas Cornbleet, gerente de marca de Smirnoff para Europa. Anteriormente, tenía su mira puesta en la las entidades financieras y la abogacía. Sin embargo, ahora siente que tiene un impacto fundamental en el éxito de la empresa.
Aparentemente, la exigencia hacia los ejecutivos de mercadeo es cada vez mayor. De hecho, algunas organizaciones han reemplazado a CMOs por CGOs (directores de crecimiento, por sus siglas en inglés), un cargo que tiene como premisa enfocarse en los aspectos tradicionales del negocio como los productos, los servicios y las ventas y –al mismo tiempo– centrarse en el desarrollo y las oportunidades. Este panorama, posiciona al líder de mercadotecnia con una capacidad mayor para, en un futuro, transformarse en CEO.