Dow chemical y Esenttia, algunas empresas que impactan las condiciones de vida de poblaciones vulnerables a partir de los residuos plásticos. La creciente ola de contaminación en los océanos, y el cambio climático que se vive en muchos rincones del planeta, le ha dado a la industria del plástico un ultimátum. Importantes organizaciones como la ONU afirman abiertamente que “en 2050 habrá más plástico que peces en los océanos”, y por esta razón muchas de las empresas que trabajan con el material tanto en la industria, como que se lo ofrecen a las personas, se han sumado a diferentes metodologías que les permiten ser más sostenibles dentro de sus procesos, y aportar a la sociedad un valor agregado a partir de los residuos que generan.
El nuevo término que encierra estos nuevos procesos es el de economía circular, la cual, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) “es un modelo económico ecoamigable que pretende alargar la vida útil de los productos sólidos y volverlos un recurso. Esto en contraposición a la economía lineal que nos rige en la actualidad y que produce tantos desechos”.
En esta línea, grandes empresas en el país están desarrollando tanto modelos de negocio basados en la economía circular, como proyectos de responsabilidad social y ecológica.
Un ejemplo de modelo de negocio basado en economía circular es el que implementó Carvajal. La empresa puso en marcha en 2016 un proyecto de una planta de transformación de residuos plásticos de un solo uso en diversas materias primas, y para esto invirtió la mayor parte del capital en la compra de maquinarias necesarias para la operación. En este proyecto participan más de 540 recicladores que producen material postconsumo como resinas, poliestireno, entre otras.
Adicionalmente, compañías de la industria apostaron por hacer de su operación completa algo sostenible. Ese es el caso de Enka de Colombia, empresa que transforma botellas PET en resinas para la fabricación de envases en contacto con alimentos y bebidas, fibras para producir de ropa de hogar y prendas ecológicas, filamentos usados principalmente en prendas deportivas y moda con responsabilidad social y ambiental.
Álvaro Hincapié, presidente de Enka afirmó en relación a los proyectos que “estamos en proceso de emisión de bonos de carbono y evaluando líneas verdes para la financiación de nuevas iniciativas con tasas atractivas”.
De esta compañía, muchas empresas que buscan integrar materiales sostenibles, se suplen de materias primas que les permiten desarrollar sus modelos. Es el caso de Fokusgreen, la cual se encarga de producir ropa, perteneciente al sector de moda sostenible para el consumidor final, y también para diversas empresas que requieren uniformes y otros implementos que son hechos a partir de este material.
La empresa comprometida realiza, además de su propuesta de valor medioambiental, campañas en alianza con WWF, Armada Nacional, y otras firmas, en las que recogen plásticos de las playas y océanos que luego se distribuyen para convertirlos en las materias primas que necesitan, y de esa manera cerrar el ciclo del plástico de un solo uso.
Por otro lado, Dow Chemical y Conceptos Plásticos desarrollaron una estrategia que va más allá de un modelo de negocio basado en economía circular, pues su propuesta se enfoca en que a partir de los residuos de plástico de un solo uso, por medio de un proceso industrial, se crean ladrillos con los que construyen aulas para niños de bajos recursos y población vulnerable.
Hasta el momento, el proyecto llamado Aulas Verdes ha construido ocho sedes en Putumayo, tres en Cartagena y Bogotá. Según la empresa por cada aula construida con esta materia prima, se sacan del ambiente cuatro toneladas de plástico de difícil reciclaje y se han beneficiado más de 4.000 niños.
El presidente de Dow Chemical, Charly Eid, resaltó la importancia del rehuso del plástico “lo que es bueno para la sociedad y para el planeta, también lo es para los negocios. Más allá que una lucha contra el plástico, es una oportunidad para que como sociedad, tomemos consciencia de la separación adecuada de los recursos para facilitar su reciclaje por rehuso”.
Otra de las empresas que han incursionado en estos proyectos es Esenttia, perteneciente al Grupo Empresarial Ecopetrol, dedicada a la producción y comercialización de materias primas para la industria del plástico. La propuesta de esta compañía se basa en la recolección, separación y reciclaje de residuos plásticos, que luego son transformados para construir casas, puentes, parques infantiles, muelles, instrumentos musicales y obras de arte. Hasta el momento han hecho 20 casas en plástico reciclado para un grupo de colaboradores de la empresa, 36 puentes para conectar calles de barrios en el suroccidente de Cartagena, muelles para la bahía, dos letreros de Cartagena, macetas con árboles y puntos ecológicos.
En esta misma línea de realizar proyectos sociales, se encuentra Darnell, la cual, a partir de plástico reciclado del Festival Alimentarte de Bogotá construyó aulas de arte para niños víctimas de la violencia en el departamento de Choco.
Pavimentos de Colombia, apostó por realizar carreteras con residuos de plástico postconsumo, y Llena una botella de amor, que es una fundación que obtiene recursos por el cierre de ciclo de los empaques provenientes de diferentes empresas, y dona viviendas elaboradas con residuos plásticos en zonas vulnerables.
Algunas iniciativas sostenibles basadas en economía circular alrededor del mundo
Otras empresas reconocidas que realizan proyectos de este tipo, son Ikea con su nueva colección de manteles y fundas de cojín fabricadas con plásticos recogidos del mar. Para ellos, los residuos fueron recogidos por 1.500 pescadores en el Mar Mediterráneo. Adidas también creó unas zapatillas fabricadas con plástico sacado del océano. La tienda de productos de belleza Lush abrió un local en el que todos sus productos están libres de plásticos, y son puestos a la venta sin ningún empaque.
Fuente: https://www.larepublica.co