Estamos a menos de 2 meses de la fecha fijada en teoría para el inicio de lo que supuestamente va a ser una revolución en el modelo televisivo de nuestro país. Si los astros se ponen en su sitio y toda la suerte del mundo acompaña al gobierno en el proceso, el próximo 10 de abril iniciaría la primera junta directiva de la Agencia Nacional de Televisión, entidad que reemplazará a la actual Comisión Nacional de Televisión, despacho ampliamente cuestionado y de negativo posicionamiento en la opinión nacional y la mayoría de la industria.
Revisé la historia y no pude encontrar a cuales constituyentes del 91 se les ocurrió la brillante idea de formar un cuerpo de 5 ramas de la sociedad que tuvieran perfiles e intereses diferentes y dejarles no solo la responsabilidad de los contenidos del medio audiovisual más importante de ese momento de la historia, sino el presupuesto para desarrollar proyectos de contenidos y tecnologías que resultaron en un despilfarro mayúsculo y fuera de todas proporciones. Resultado final: el esperpento que todos conocimos infiltrado por personajes de todas las dimensiones y colores.
Los actuales comisionados que están en la tarea de cerrar el chuzo de la mejor manera posible se han encontrado en los últimos días con dos papas calientes que salieron de la nada y simultáneamente dejan a la entidad con dos temas gruesos que no saben cómo lidiar ni solucionar en el muy corto plazo. El enfermo se estaba muriendo y ahora entró en estado terminal.
Primera papa caliente: Fallo del Consejo de Estado que tumba todo el proceso del tercer canal y sienta jurisprudencia sobre licitaciones futuras cuando se subaste o concesione el famoso recurso escaso del espectro electromagnético. Regocijo y champaña en los actuales canales privados Caracol y RCN. Como van las cosas pasaran meses o años antes de que les entre nueva competencia.
Segunda papa caliente (que viene con adición de queso y tocineta): La Contraloría General de la República abrió sin que nadie lo pudiera prever, una investigación a la entidad, sus antiguos miembros de junta y varios operadores de la industria de tv por suscripción por pecados acumulativos que son el reflejo de la problemática de una extraña industria que aún no termina de formalizarse ni legalizarse. EL contralor delegado para la Infraestructura Nélson Isaziga encontró un mercado con un evidente subreporte y extrañas asimetrías entre operadores por los pagos de contraprestación. No se encontraron estudios que justificaran las asimetrías.
No se encontraron auditorías que pusieran control y vigilancia sobre los operadores de la industria. La Contraloría incluso fue mas alla y cuestionó en una de las tres investigaciones preliminares las cifras del gigante Telmex con implicaciones que seguramente estarán revisando también la Dian y la Fiscalía.
Vemos como pasan los días y en este movido panorama no se ha oído al Ministro Molano ni al gobierno mover el tema de las hojas de vida de los posibles miembros de la nueva Antv. Hay un comisionado de la actual Cntv, Eduardo Osorio, nombrado por el gobierno ( pero el anterior) a quien se le vence su periodo en cuestión de días y no se sabe si va a ser reemplazado, si le van a ampliar el periodo o si va a haber un encargado interno o externo. Tampoco es muy claro el proceso de convocatorias para nuevos miembros de la Antv.
Cuándo se van a sentar a hacer el empalme si esto no se socializa? Quien garantiza que los nombres que están bajo llave en el despacho del Ministro no sean vapuleados y cuestionados luego por analistas y medios de comunicación? El proyecto de ley es claro: mientras no se conforme la nueva Junta de la Antv no entra en liquidación la Cntv. El pronóstico es que ante tanta turbulencia el avión no aterrice y sea devuelto al aeropuerto de origen con un final que era previsible: seguiremos un tiempo más con la actual y tristemente célebre Comisión Nacional de Televisión. La televisión que queremos ver? Mientras tanto Caracol y RCN siguen destapando Champaña