Llegar eficazmente a los consumidores de la Generación Z se ha convertido en un acto de equilibrio cada vez más complejo, con espectadores jóvenes dispersos en plataformas de medios y ansiosos por denunciar marcas que invaden de manera poco auténtica sus canales favoritos. Pero el grupo demográfico joven, en particular los adolescentes a quienes los anunciantes deben cumplir estrictas normas de privacidad de datos para llegar, sigue siendo un factor importante en las decisiones de compras navideñas.