La nueva guía de la Organización Mundial de la Salud recomendó a los países que la ingesta de azúcar de niños y adultos sea menor a 10% del total de calorías que consumen por día. Adicionalmente, sugirió reducirla a menos del 5% si se quieren obtener beneficios adicionales para la salud.
Los azúcares libres se refieren a los monosacáridos (glucosa y fructosa) y los disacáridos (sacarosa o azúcar de mesa) los cuales son añadidos a los alimentos y bebidas de manera artificial, así como los azúcares presentes de forma natural en la miel, jarabes, zumos de frutas y concentrados de frutas.
De acuerdo con estudios de la OMS, el incremento en la ingesta de azúcar en la dieta se asocia con un aumento comparable de peso. Así mismo, el organismo señala que los niños con los niveles altos de consumo de bebidas azucaradas tienen mayor probabilidad de padecer obesidad.
Por su parte, el Consejo Internacional de Asociaciones de Bebidas (ICBA), el cual reúne las grandes marcas de bebidas, rechazó la recomendación de la OMS porque asegura que el estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud “no refleja un consenso científico sobre la totalidad de la evidencia”.
De la misma manera, en cuanto al tema de la obesidad, el ICBA sostiene que “no existe una base científica para el tratamiento de los azúcares libres de manera diferente que los azúcares intrínsecos (los que incluyen naturalmente frutas y verduras)". “De hecho, la recomendación de la OMS se basa principalmente en tres estudios sobre el consumo de azúcar y la caries dental que se consideraron de “calidad científica muy baja” por los investigadores seleccionados por la OMS para llevar a cabo la revisión de la evidencia. En cuanto a la obesidad, no existe una base científica para el tratamiento de los azúcares libres de manera diferente que los azúcares intrínsecos”, señala.
Sin embargo, el ICBA mostró apoyo a los esfuerzos que realiza la OMS para reducir el número de enfermedades no transmisibles y promover estilos de vida saludables en el mundo.
En su comunicación, ICBA anima a todas las partes a centrarse en lo que la OMS ha definido claramente como la causa primaria de la obesidad: un desequilibrio entre las calorías que ingresan (las que se consumen de todos los alimentos y bebidas) y las calorías que salen (las quemadas a través de la actividad física y que mantienen funcionando su metabolismo).
Así mismo, insiste en que las soluciones deberían enfocarse en los esfuerzos colectivos en el gobierno, la sociedad civil y la industria que promueven las dietas balanceadas, la actividad física regular y una correcta higiene bucal.
Según el especialista colombiano John Duperly, en entrevista con El Espectador, la reducción del consumo de azúcar sugerida por la OMS no va a tener incidencia en la lucha contra la obesidad, puesto que la causa principal de esta enfermedad es el sedentarismo.