Dentro de la estrategia de sostenibilidad de la banca, la educación financiera tiene un papel preponderante. En este sentido, el sector desarrolla distintas actividades para lograr no solo que más grupos poblacionales accedan a productos financieros formales de ahorro, crédito y servicios transaccionales, sino para que los usuarios y los distintos grupos tengan mayores capacidades para comprender y tomar decisiones económicas que redunden en su bienestar particular y en el de la sociedad.
Las acciones desarrolladas por la industria muestran avances, no solo en el aumento de puntos de contacto con los usuarios, sino en el aumento del indicador de bancarización, como lo muestran las gráficas.